ALIGERAR EL EQUIPAJE
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ALIGERAR EL EQUIPAJE

Aligerar el Equipaje


Aligerar el equipaje, así es…

—¿Quién de nosotros, si pudiera hacerlo, no negociaría aligerar el equipaje emocional que nos atormenta?—

Lo cierto es que nos gustaría; sin embargo, aun pudiendo hacerlo, a veces es muy difícil.

Somos el programador y el programa.

Esa gran dicotomía la hemos de ajustar y conciliar, y eso lleva su tiempo. Su reprogramación, de vez en cuando, se consigue, y otras se intenta.

Desde mi observación, siento que comenzamos a estar preparados para atendernos, escucharnos y, si fuera necesario, repararnos.

Empezamos a ser conscientes de que lo que hemos hecho hasta ahora para vivir nuestra vida, en ocasiones, no nos define a nosotros mismos, sino que define los principios ideológicos y morales por los que se guía esta sociedad.


Estamos hartos de luchar, de pelear como jabatos, para no sentirnos cuestionados y culpables.

Nuestra prioridad suele ser atender el miedo antes que a nosotros, el miedo que nos produce no ser validados y lo importantísimo que es tener la aprobación.

Es muy complicado, a veces, “vaciar el equipaje emocional”, porque son sentimientos intensos que tambalean nuestros cimientos, esa aparente verdad que pisamos, que establece, que precisa quiénes somos y eso nos hace sufrir, cada vez que no conseguimos el objetivo anhelado de ser estimados, considerados y respetados.

Es enrevesado querer y no poder, intentarlo y no conseguirlo, esforzarse y no lograrlo… Salir de ese bucle incesante de pensamientos desesperados e incluso, a veces, penosos.

Nos sentimos atrapados, porque la línea que diferencia la aceptación del proceso y la del respeto a uno mismo, es muy delgada, es muy fina…


—¿Somos comprensivos, compasivos y humanitarios o intolerantes, crueles e inhumanos?—

Cuando llegamos a la vida de alguien o llega alguien a la vida nuestra, con un pasado vivido, y puede ser que ese pasado, desde nuestra visión, sea antagónico a como percibimos nuestros valores, los principios morales por los que se rige nuestra vida.

Ese ser no llega de manera casual y nosotros no elegimos de quiénes nos enamoramos; llega porque algo nos tenemos que aportar… Mientras nos vamos conociendo, empezamos a abrirnos y a desvestirnos de esa nuestra verdad, y al ir despojándonos de todo ese sumario, a veces empezamos a sentir lo opuesto, lo incompatible, lo inadecuado, e incluso en ocasiones, lo irreconciliable.

Normalmente, cuando eso es así, casi todos los pensamientos van dirigidos a la exclusión, a la ruptura, son cíclicos e intensos, y además, deambulan constantemente.

En todo ese viaje fascinante de desarrollo nos sentimos tontos, estúpidos, bobos, como que estamos renunciando a nosotros mismos y puede ser que esto sea así, por tanto, nos cuesta mucho rendirnos ante ese enjuiciamiento de validez por nuestra forma de visualizar el mundo, la manera de cómo hay que vivir, pero…


—¿Y si no es así?— —¿Y si lo que estamos experimentando es la capacidad de amarnos a nosotros mismos, por amar al prójimo en su proceso de encuentro?—

Cuando elegimos conscientemente, no renunciamos, sino que elegimos qué queremos vivir; ese es el foco desde donde proyectamos, el epicentro donde elegimos, no hay división con el corazón.

En el mundo de lo relativo en el que vivimos, todo es complejo y a la vez sencillo, todo es válido; lo que nos distingue es la sabiduría con la que nuestra consciencia elige y decide las acciones que acomete.

Si las acciones nos reafirman y nos hacen sentir realizados, tenemos el centro de nuestra energía en la elección, en la decisión; si no es de esta manera, entonces el centro de nuestra energía lo tenemos en la renuncia a ser nosotros mismos… y probablemente eso nos haga querer abandonar, dimitir, desistir.


Es tarea ardua, porque no sabemos si estamos acertados en nuestra elección, o si estamos dejándonos llevar por no saber dar orden al sentimiento. El caso es que ese pleito, esa causa en nuestro interior campa a sus anchas, sin previo aviso, ni contemplación, ni compasión, a cualquier hora, haciendo daño, mucho daño.

Son de esos momentos en los que se nos pone un nudo en el estómago, aparece la ansiedad y el nerviosismo, la intranquilidad es parte del día, porque el equipaje está lleno. Además estamos debilitados por el intenso esfuerzo de cerrar la maleta del desasosiego que lleva el equipaje del boicot y la impaciencia, incluso a veces, también lleva el intenso chantaje emocional que en ocasiones nos puede engañar, traicionar y someter.

Por eso tenemos el afán y el empeño de cerrarla bien, para que no nos dañe más.

< Nos sentimos impotentes, vacíos e incluso acabados y destrozados >


Son momentos muy difíciles, y aligerarla para descansar se complica; el tiempo ayuda, pero solo hasta un punto, el permitirnos transitarlo también, sin embargo, ese camino se hace solo, es difícil compartirlo.

Aun no solemos estar preparados para hacerlo juntos; el miedo a la desnudez es profundo y penetrante, exponernos ante el discernimiento y el entendimiento de las partes es potente, y se requiere gran madurez y templanza, nuestros sentimientos están a flor de piel y el miedo a perder —en sus cotas más altas—.


Debemos esperar hasta que nos llegue cuál es nuestra elección, si la de continuar aun con esas verdades vividas, o no; eso es personal y solo nosotros lo podremos saber.

No por eso se inicia el “aligeramiento del equipaje”, no obstante, eso es un grandísimo avance, que nos permite ir abriéndonos a definirnos si así fuera, en la complicidad de SER una unidad formada por dos seres que transitan el desvestimiento natural del proceso, del miedo que nos produce nuestros propios límites.


Tener el control, para ser aprobados o no sufrir tanto, quizás es —esa apuesta, esa jugada, ese envite—, a lo que llamamos perdón, o quizás estamos descubriendo que nuestro perdón es lo que está más allá del mismo perdón.

Desafiar el mismo miedo, transitando el miedo que nos puede y paraliza, cuando por fin nos llega esa llamada, la señal, el grito interno que con brío y arrojo, valentía y gallardía, pensamos de manera directa, sin poner cortapisa, ni restricción, liberándonos a observar y saber lo que un día hicieron, tal y como fue.

Esas páginas escritas de su diario de vida, algo que nosotros no hubiéramos hecho y que tampoco hubiéramos permitido, ni siquiera imaginado hacer… y con decisión, le decimos a los pensamientos de dolor: stop, para ya… que tenemos derecho a elegir, aun con este miedo, a entregarnos con autenticidad y legitimidad, sabiendo que el otro nos muestra la oportunidad de experimentar la confianza en nosotros mismos, en nuestra preferencia.


La FE de caminar con el otro ser que vino a vivir su vida, a encontrarse y elegir libremente cómo, con quién o quiénes y de qué manera, mientras la vive…

—Porque el AMOR es libertad—

Nadie es nuestro embajador, nadie nos representa ante los demás, tampoco es nuestro emisario.

Cada uno nos definimos a nosotros mismos, constantemente en cada acción. Cada uno elegimos quién queremos ser ante lo que tenemos que vivir y solo así podremos encontrarnos en nuestro propósito de vida.

—SER UNO con nosotros mismos—

Tal vez debemos perder el miedo a elegir lo que queremos, aun nos «equivoquemos», sabiendo que pase lo que pase, nunca perderemos, porque habremos ganado la grandiosa experiencia de habernos permitido entregarnos a amar.

Más allá del miedo a hacernos daño por poner nuestro corazón al descubierto,…

—Confiando y sintiendo FE en el proceso, que nos lleva a nosotros mismos—

Lo que sí sabemos es que todos hemos tenido que vivir para darnos cuenta de que hace falta vivir para recordar quiénes somos.

Excluir o excluirte es lícito y loable, añadir, complementar, suplementar, adjuntar… es lúcido, y tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran en nuestro proceso de encuentro es…

—AMOR al prójimo—


Porque nuestro AMOR propio así lo ORDENA.


Seamos desenvueltos, atrevidos y osados; llegó el momento de echarnos a volar, aligerando el equipaje que nos limita y nos impide surcar los aires que ansía planear nuestro corazón.


#Gotitasdeagua888

HABRÁ MOMENTOS
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HABRÁ MOMENTOS


Mándame un mensaje bonito…

Así es como a todos nos gustaría, pero ciertamente…


Habrá algunos momentos que no se pueda o quizás que no se deba.


Habrá momentos que no podremos seguir, ni nos podrán seguir, estamos en cambio y a veces nos corresponde solos, es nuestro camino, nuestro propósito de vida, «¡el destino!»


Habrá momentos que ser conscientes de nosotros mismos, eso que llamamos evolucionar, en ocasiones nos deje solos, sin nadie, ni nadie con nosotros, eso es parte del proceso natural, de la senda a recorrer para encontrarnos.


Habrá momentos en la tormenta, que queramos abandonar, que sintamos que no somos capaces, incluso que temamos por la misma vida o que la vida ya no tenga interés y pierda el sentido.


Habrá momentos que creamos que de ahí no salimos, aun teniendo claro que sí salimos. Tal vez no vamos a saber siquiera cómo lo hicimos y tampoco el porqué, de lo que sí seremos conscientes, de que ya no somos los mismos.


Habrá momentos que queramos un abrazo, que simplemente nos atiendan, sin discurso alguno, ni sermón y nos digan al oído que todo va a salir bien.


Habrá momentos que dudemos, dudemos de nosotros mismos y de nuestra Fe, si no, cómo vamos a sentir a Dios con nosotros, cómo vamos a ser conscientes de que siempre estuvo al lado nuestro.


Habrá momentos que **sí seamos conscientes y percibamos que lo que nos pasó es que dejamos de escucharlo, teníamos muchos pensamientos que nos generaban ruido.


Habrá momentos que tengamos la capacidad de observar que en el camino del encuentro con nosotros se viven todas las emociones necesarias para ello. También aquellas que no queremos, que no nos gustan o nos dañan, desagradan, repugnan, molestan, incomodan, que nos fastidian.


Habrá momentos que no podamos deshacernos de tantas lágrimas y lamentos aun queriendo, pero ellas nos hicieron ser conscientes del valor de la armonía, la concordia, de la inteligencia, la Paz…


—¿Y si lo que llamamos divinidad no es solo lo que está fuera de nosotros y lo que nosotros veneramos, sino que es la parte divina de nosotros mismos?— Nada está fuera, todo está dentro… —¿Nos veneramos, confiamos y sentimos la Fe en nosotros mismos, en la divinidad que hay en nuestro corazón?— —¿Y si lo que llamamos Dios somos nosotros, nuestra parte divina?—


«Él siempre nos ha dicho que somos la individualidad de él aquí en la Tierra»

Quizás estemos empezando a recordar que somos el todo y que nada hay que no seamos.

José Acosta


Una vez en mi camino toqué fondo.

Mi desespero me hizo dudar, el sufrimiento se había apoderado de mis pensamientos, solo quería terminar, ya no podía más y creía que no merecía lo que me estaba pasando, era increíblemente doloroso, por qué me preguntaba, si ya me había entregado y lo había dejado todo, ¿qué más quería de mí?

Mis lágrimas bajaban por mis mejillas sin desconsuelo ni atisbo de poder parar… ¡sin saberlo me había rendido al fin!

Le dije intensamente desde mi verdad, desde mi estado emocional, sin negociación alguna, que conmigo se había equivocado, que yo no era lo que él creía, que había fracasado, que había metido la pata y que ya yo no podía volver para atrás, no porque quisiera hacerlo, sino porque ya no podía ser aquel que fui, ¿qué iba a ser de mí?… y sí, pasó por mi cabeza regresar al hogar.

El caso es que de manera inesperada acudió a mi llamada de forma intensa y serena y me dijo tranquilo, con voz apacible y sosegada:

— Lo estás haciendo bien…

Mi asombro fue mayúsculo, y mi enfado muy intenso.

—¿Cómo me puedes decir eso?…

— Eso dice mucho de tu fortaleza… exclamó.

— Has tardado en rendirte estoicamente aguantando el dolor hasta comprenderlo, a todas las personas que van a ti, les duele…

—Pero ¿acaso yo no soy una persona humilde para recibir tal castigo en forma de dolor…? —así pensé y así se lo transmití… y me comentó:

— No tiene que ver con tu humildad, sino con tu resistencia a querer ser de una manera determinada, proyectada por ti y tus pensamientos y la única manera que lo has podido hacer consciente es a través del dolor, descansa ya…

Aun así, arremetí con furia dentro de mi lastimable estado de salud y le dije de manera vehemente:

— Me he desmayado tres veces del dolor, no he podido levantarme de la cama durante 2 meses, 24 horas del día, días tras día con dolor… entonces, ¿en qué he servido?…

Tú eres como yo — me manifestó — debes vivir para vivir…

— ¿Cómo?, ¿yo como tú?, eso no es cierto y lo sabes…

Seguía rabioso y lleno de ira por el dolor tan intenso, estaba extenuado, ya no podía más, había tocado mis catacumbas, ciertamente ya me daba igual, había llegado a la entrega total. Me solía pasar siempre así cuando ya no podía más, había perdido el miedo de ser tal y como era, era así y no podía traicionarme, no podía ser algo que no era y engañarme en lo que sentía; sentía desespero, angustia, despecho, pesimismo, exasperación, dolor, mucho dolor… y me preguntó:

— ¿Qué diferencia crees que hay entonces entre tú y yo?…

A lo que le respondí de manera rápida y espontánea, con un llanto desesperado lleno de frustración y devastación:

— Que tú eres perfecto y yo no…

Aun recuerdo la risa que soltó, la gran carcajada que le oí; fue una risa templada y muy tranquila, ciertamente el perplejo que me produjo fue menor que la claridad de su sonido armonizado… y me dijo después de manera pacífica y reposada:

— ¿Osas decir que si YO SOY perfecto creo la imperfección?

Y ahí lo entendí todo, lloré intensamente por haberme encontrado, ya lo había entendido…

— Ya acabó todo, ahora descansa…

Me recuperé en tres días y empecé a caminar de nuevo, sabiendo que…


TAL Y COMO SOMOS, SOMOS PERFECTOS CADA UNO DE NOSOTROS, TODO LO DEMÁS ES NUESTRA PERCEPCIÓN


Antes de terminar el texto y dejarte, querida, querido, compañera, compañero de viaje, quiero decirte que le di las gracias acaloradamente, vi el abismo y me tiré confiando en que esas alas que no veía de mí, se iban a abrir y así fue.


«Confía en tus alas, todos y cada uno las tenemos aunque no las veas ni las sientas… ¡ellas están ahí!»

«Dios es la vida y la vida somos nosotros, entonces nosotros también somos Dios»


#Gotitasdeagua888 💦

AUSENCIA DE SER
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AUSENCIA DE SER


A veces la vida es tan intensa que nos lleva al límite y, cuando eso nos ocurre, nos planteamos si debemos seguir y continuar…

—¿Qué sentido tiene la vida así?— —¿Para qué tanto sufrimiento y tortura?— Nos preguntamos…


Sentimos que todo se nos viene abajo. En ocasiones es muy difícil ser fuerte, sobre todo cuando el dolor es intenso y estamos rodeados de personas y responsabilidades.

Es cierto que nos cuesta mucho cuando todo está oscuro, cuando hemos decaído, cuando nos encontramos abatidos, cuando nuestros ojos han perdido el ánimo y la fuerza, cuando estamos apagados y el brillo se difumina.

La intensidad destaca, pero esta vez por su ausencia; la verdad es que ¡nos vemos empequeñecer!


La tristeza es muy intensa y el dolor insiste y persevera estoicamente, dejando de apreciar los colores de la vida para ver solamente un color; con suerte, quizás podemos apreciar el gris.

El desespero hace su aparición; el caso es que lo padecemos y lo sobrellevamos con resignación. Sentimos que no podemos soportarlo y nos preguntamos…

—¿Podremos seguir aguantando?


«La respuesta es «SÍ»»


Nada creamos para lo que no estamos preparados, pero no soy iluso ni ingenuo, es muy difícil y duele muchísimo. Estoy seguro de que siempre hay alguien que ve en nosotros esos colores que hemos dejado de ver en la enérgica, potente y profunda travesía.

Y sin saber el porqué, ni el cómo ocurre, de repente aparece desde lo más recóndito, escondido y oculto, algo nuevo en nuestro interior, como si hubiera estado reservado esperando su momento, y sentimos esa frecuencia que nos invita y sugiere que nos movamos.


Que sí, que podemos, y agita nuestro corazón para encontrar la luz en la ausencia en la que nos encontramos y, todo el malestar desaparece como por arte de magia.

Se manifiesta el orden anhelado.


La Paz de la armonía se empieza a declarar y empezamos a inspirarnos, recuperando el ánimo y la dicha.

El júbilo hace acto de presencia, el gozo lo ocupa todo y la euforia exhibe, exterioriza y entusiasma el bienestar y el optimismo de la «La luz se percibe cuando la ausencia está integrada».


«Cuando hay ausencia de querer ser, es cuando experimentamos SER nosotros mismos. 💦»


#Gotitasdeagua888

SER HUMANO
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SER HUMANO

Claro, aquí tienes el texto en español, sin el código HTML ni los elementos de Divi:


A veces me gustaría abandonar y en ocasiones decir: «Pues me equivoqué, es cierto, esta vida es una mierda». Pero mi corazón sabe que eso no es verdad, aunque mi mente se imponga de vez en cuando y gobierne, queriendo incluso elegir regresar. Encontrarnos es difícil por lo duro que llega a ser en ocasiones…

De ahí que siempre, cuando alguien hace una manifestación teórica del encuentro, me quedo mirando y observando la teoría y su proyección. Porque si nos estamos encontrando, no diremos eso; diremos la verdad y es lo duro que en ocasiones es.

La de veces que nos vemos solos, no entendidos, negados, excluidos, impotentes, y también aquellas en las que se nos fue la pinza, sobre todo cuando la ira se desordenó y le dimos el alimento necesario para que la rabia gobernara. Teníamos la razón y esa era nuestra única prioridad; no pudimos, por más que quisimos, no hacer y hacernos daño…


La vida está viva y las emociones son la vida, energía en movimiento…


¿Cómo ordenarlo si nos negamos por la teoría de que somos seres incorrectos por vivir esos estados emocionales? Todo es parte del movimiento de la misma vida que somos; todo es y todo somos. Hasta pensarlo en ocasiones es un delito moral, o un grave problema en nuestro interior, o una posesión «endemoniada».

Teoría…

Estoy cansado de la teoría, de solo teoría de lo correcto, de lo que debe ser, del color, de qué es lo que está bien o mal, de cuándo somos lúcidos o no. A veces me veo solo por eso mismo; es como si aceptar ser uno mismo, encontrarnos, fuera sinónimo de ser impoluto e íntegro, y vienen los juicios crueles… Y sí que lo soy, pero por reconocer la verdad que crea verdad en mí, y es que todas esas emociones pasan por nosotros: aquellas que consideramos buenas y aquellas que consideramos malas, porque ambas somos…


Sé que no estoy en soledad, ni me siento así.

Hay teorías que se olvidan de que somos vida, algo tan sencillo, y se pierden haciendo un juicio atroz cuando viven las emociones para poder ordenar y transformar… porque, desde nuestra visión, son incorrectas, o tal vez deleznables, o no están a la altura de lo que se supone que es ser digno.

—¿Acaso creemos que eso que vivimos es casualidad o que no es lo que vinimos a vivir?


Quizás es nuestro propósito de vida, nuestro destino… y digo quizás, porque todas las verdades son verdad, y eso para mí es respetar las demás percepciones, de la misma manera que respeto mi filtro. A lo mejor esa es la verdad de la vida que somos y esas son las oportunidades que generamos para elegir SER nosotros y definirnos a través de nuestros actos.


Es un camino, en ocasiones desordenado, pero eso es amor… solo hay que ordenarlo. Es intentarlo, eso es, elegir intentarlo, porque la vida es una elección. Encontrar el orden entre nuestra experiencia y la de los demás, entre nuestro camino y el de los demás.


«Es ese «TODO SOMOS UNO» y todos necesarios»

José Acosta


Limitamos el amor pensando que está sujeto a formas y maneras… y eso es lo que no lo hace libre.

El amor no es una forma adecuada; el amor es eso que se siente, esa energía que se mueve, que debemos vivir para elegir ser nosotros o intentarlo. Es decir, emociones que debemos armonizar en todo su movimiento. Es lo que somos, energía que se mueve, es la que creamos para poder elegir, intentar elegir SER.


Recordemos que la meta es intentarlo y la consecuencia puede ser que sea conseguirlo… aunque si somos todo, siempre se consigue. Ese todo es amor, y eso nos cuesta verlo, porque cada vez que vivimos algo que no encaja, pero que es lo que nos permite ser, creemos que estamos errados, que no somos merecedores, que eso no es amor, y eso no es así, al menos desde mi percepción.


—Tal vez deberíamos construir una relación con nosotros mismos, con el ser humano que somos, tal y como es…


¡Simplemente SER HUMANO! 💦


#Gotitasdeagua888

LA RED
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LA RED

La Red es una herramienta que, si le damos el uso óptimo, crea grandes cosas…

Pero debemos ser conscientes de que la Red no es lo que somos. Ese perfil que tiene nuestro nombre no debe tener más vida que nosotros mismos, y digo bien, porque hay personas que «mueren» por ello y son personas muy significativas en la red: influencers, youtubers… La Red no debe ser más importante; es simplemente una herramienta que nos permite expresar momentos, inquietudes, ideas, acciones…

No es lo que somos nosotros, de ahí que debemos hacer una introspección y mirarnos, solo nosotros sabremos la verdad.


Ya hemos tenido experiencias con personas y grupos con sus respectivos administradores que defienden el perfil en sus redes sociales, incluso en ocasiones como si se les fuera la vida en ello. Lo importante es tener la razón en la Red sí o sí; más allá de la verdad, es conseguir el objetivo, y por ello, competimos fuertemente en pro de esa finalidad. Eso nos hace sentir encontrados con nosotros mismos.

¿Es con nosotros o con la verdad que visualizamos, con la razón que hemos proyectado, esa que nos ha enseñado el sistema y la sociedad de cómo debe ser nuestra vida?…

Son muchas las veces que observo cómo constantemente estamos inmersos en volver a ser alguien con notoriedad en la Red, rivalizando por destacar a nivel individual y también en los grupos.

«Casi todos ofrecen lo «mejor»»

La Luz anhelada El Cielo buscado El Olimpo deseado El Nirvana ambicionado…

Sé y me consta que son maratonianas 24 horas del día sin descansar, semanas, meses y años para poder ofrecer esa teórica verdad, la inquietante y alarmante necesidad de ser alguien significativo, distinguido, destacado…

—Y me hago una pregunta—

¿De verdad es eso lo que tenemos que ofrecer?

Quizás necesitamos otras cosas; a lo mejor nuestras demandas son distintas, como por ejemplo que nos aporten herramientas para encontrarnos a nosotros mismos, criterios que nos inciten a profundizar y elegir por nosotros, invitarnos a que discernamos desde nuestra verdad y brindarnos la posibilidad de encontrarnos en nuestro camino, el que a cada uno nos toca transitar

¿Qué es lo que pretendemos ofrecer?

¿Promesas de qué debemos hacer para poder ser importantes, fundamentales, cruciales, en la Red y en la misma vida, o herramientas que nos demandan realidades para el encuentro de cada uno y no utilizarlo estratégicamente para que nos sigan a nosotros con la consecuencia de la notoriedad, el renombre y la fama?


«Cada uno de nosotros sabrá su propia verdad»

¡Solo hay una cosa que crea verdad y esa es la VERDAD!

Hay alguien que sí sabe quiénes somos, que sí sabe cuál es nuestro camino y lo que vinimos a experimentar; además, es erudito y alberga mucha sabiduría…

¡Ese ERES TÚ!


Dejemos ya de seguir creencias de qué es lo que tenemos que hacer para ser nosotros; la consecuencia de seguirlas es que podemos seguir el camino de otros, sea religión, espiritualidad, etc.

Además, siempre nos van a guiar desde su visión del mundo, desde su percepción, de lo que para ellos es mejor, o bueno, o correcto… ¡Eso ya no funciona!

Y no dependeríamos de nosotros mismos, sino de las conclusiones o deducciones de otro, que como otros viven su propio encuentro, el suyo, pero no el nuestro; nadie lo hace por nadie, cada uno tiene que hacer su camino. Eso no significa que en ocasiones sus aportaciones sean bienvenidas y bendecidas.

Llevémonos por nuestra intuición; ya somos conscientes de que cuando estamos preparados vivimos lo necesario para recordarnos.

Habrá seres que de una manera u otra llegan a nosotros en el momento perfecto, con la frase que debemos oír para rememorar quiénes somos. Tengamos presente que no deben ser necesariamente personas con carteles colgados de sus títulos conseguidos; a veces llegan personas con verdad acumulada, vida vivida o experiencia transitada, que tienen mucho que decirnos, y en otras ocasiones personas que solo nos dejarán esa frase o palabra o gesto o…

La activación en nosotros para que recordemos que somos algo más que lo que nos permitimos, que en nosotros hay mucho más, que nos atrevamos a


SER NOSOSTROS MISMOS


#Gotitasdeagua888

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DESEO

¿Qué es el deseo?…

Desear y desear constantemente es agotador, el querer tener o conseguir la felicidad, el dinero, el poder,…

Quizás eso lo que crea es un sufrimiento intenso ¿y si es eso lo que nos esclaviza? A lo mejor tanto desear es lo que nos tiene en una superflua vida… He visto a muchas personas que han conseguido y tienen todo lo que habían deseado y no son felices.


¿Qué ocurre entonces?, ¿dónde está el «error»?…

Hay un dicho que dice que es tan pobre, tan pobre, tan pobre, que sólo tiene dinero… ¿y si nos estamos equivocando y asociamos que ser felices es conseguir lo que deseamos?…

A lo mejor ser felices es SER uno mismo…


Si somos nosotros disfrutamos de ello, el músico, el pintor, el escultor, el analista, el psicólogo, el político… todos disfrutamos simplemente por SER, no por conseguir notoriedad, reconocimiento, fama…, en todo caso ésa sería la consecuencia de SER, la reacción de nuestra acción…

¿Dónde tenemos el foco? ¿en Ser o en conseguir lo que deseamos?

La respuesta a esa pregunta es personal… cada uno que se conteste… ¿Qué es lo que falla?

¿Somos nosotros o es el sistema que al no estar ordenado sólo nos enseña la búsqueda del dinero y del poder?… 🤔


Desear es el interés o la apetencia de conseguir la posesión o la realización de algo, de querer una determinada cosa, generalmente lo que consideramos bueno… Existe el deseo, eso es cierto, pero me pregunto…

¿Es el deseo quien debe ser la guía de nuestra vida?

Por un momento sería bonito que tuviéramos la capacidad de no desear, sólo aceptarnos a nosotros mismos, ser los niños que juegan sin estar pendientes de lo que queremos ser, sino vivirnos para recordarnos, para recordar quiénes somos y disfrutar de nuestro corazón y no del infatigable deseo que tenemos de ser algo, tener algo o conseguir algo…


Es obvio que el deseo es parte del motor de nuestra vida, lo que nos impulsa, lo que nos mueve a encontrarnos y lo que nos posibilita intentar vivir de la manera que nos defina… pero debemos ser conscientes de qué deseamos, porque en ocasiones define nuestra necesidad mental y no a nuestro corazón, con el sufrimiento constante de si seremos capaces o no, válidos o no, acertados o errados…

Deseemos claro que sí, deseemos ser nuestra mejor versión, la versión más elevada de nosotros mismos, nuestra honra, pundonor, honestidad, dignidad, decencia, lealtad, decoro, nobleza… HONOR

#Gotitasdeagua888 💦💦

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ORDENEMOS

El desorden nos daña, pero lo solemos negar; es más fácil eso que aceptar que no sabemos cómo ordenar nuestra vida.

Esa verdad implica tener que aceptar que estamos equivocados y, peor aún, que en el pasado lo estuvimos más.
Algunos somos capaces de afrontar ese miedo y aceptar el dolor de ver nuestras miserias… otros no, y nos mantenemos pasivos, tocando nuestras catacumbas hasta caer del todo. Y aun así, desde ese estado profundo de dolor, a veces nos negamos a rendirnos…

La rigidez excesiva por no perder el control nos mutila. Tenemos que afrontar la imagen «errónea, equivocada, inexacta» que tenemos de nosotros mismos, y eso nos cuesta.

La manera en que vivimos no nos funciona, no nos define, no nos hace felices. Solo sobrevivimos, o simplemente no morimos. Qué gran error seguir así, con una vida sin colores. Qué desgaste tan intenso… qué agonía mantener una imagen para nosotros mismos y para los demás.

Cuánto dolor y sufrimiento acumulado. Verdades que se esconden por miedo a ser vistas, una tras otra, justificando que no estamos errados y que sí somos válidos.

Tenemos que rendirnos… a lo evidente.

¿Somos felices?

Respondámonos con franqueza y dejemos de engañarnos si no es así.

Hagamos nuestro pasado presente, y aceptémoslo mirándole a los ojos, para poder transformarlo ordenándolo tal y como es, y no como nos gustaría que hubiera sido.

No seamos soberbios ni tengamos sentimientos de superioridad.
Es simple y sencillo, como las grandes verdades: reconozcamos
Que no sabemos,
Que no somos felices,
Que no nos sentimos realizados…

¡Descansemos y rindámonos!

Somos nosotros quienes nos juzgamos.
Somos nosotros quienes no aceptamos nuestro proceso de encuentro.
Somos nosotros quienes nos avergonzamos de nosotros mismos.
Somos nosotros quienes estamos decepcionados con nosotros.
Somos nosotros quienes nos vemos como insuficientes…
Solo nosotros. Nadie más.

No busquemos razones fuera, ni culpables que justifiquen nuestra verdad.

Que es…

¡La no rendición!

¡Nuestra tozudez por razones o por miedos!
¡Nuestra rigidez e inflexibilidad!

▶▶ Elijamos si queremos cambiar.

Hagámoslo acción y la vida nos devolverá con creces eso que hemos elegido:

SER NOSOTROS MISMOS.

¡Más allá del temor está nuestra Verdad!

#Gotitasdeagua888