RECUPEREMOS NUESTRA HUMILDAD
| |

RECUPEREMOS NUESTRA HUMILDAD

Creemos que sabemos todo lo que se necesita saber, convirtiéndonos en personas sesgadas, cerradas a adquirir conocimiento y además emitiendo opiniones como si fueran verdades absolutas, recuperemos nuestra humildad.

Todos somos ignorantes e incompetentes en algo y todos cometemos «errores». Lo importante es convertirlo en herramientas, en conocimiento que nos permita enriquecernos y adquirir consciencia de nosotros mismos, de nuestro entendimiento real, si no miraremos a los demás desde ese filtro y no sabremos nunca callar y escuchar esas aportaciones que nos puedan ser válidas para adquirir consciencia, nutrirnos, progresar y crecer.

Todos sabemos de todo, ya lo tenemos asumido, es fácil acceder a la información. Creemos que eso nos hace sabios, incluso aún no habiéndolo hecho nunca, nos basta ver un programa o leer un artículo y ya nos sentimos sabedores, ya tenemos la autoría de la verdad.

 -¡Esa ignorancia es ciega!-

Y con el paso del tiempo con esta educación competitiva de querer ser mejor que los demás, la hemos ido acentuando intensamente y elevando sin darnos cuenta, nuestra falta de confianza a la verdad y nuestra ceguera a lo real, convirtiéndonos en personas obtusas, brutas y sin capacidad de saber que no sabemos o que simplemente sabemos lo que sabemos, arremetiendo por ignorancia contra el que sí que sabe, con tanta fuerza como la de nuestro ofuscamiento, nuestra tozudez, nuestra necedad…

Tenemos mucho miedo al rechazo de no ser aptos y sentirnos ridiculizados e infravalorados por los demás.

Exponer aportando, es una opinión, pero declarar nuestros pensamientos como verdades absolutas es querer tener la razón (Leer: Nuestra Verdad), sin permitirnos ir más allá.

Cuantos padres vemos estrellas a nuestros hijos y nunca hemos practicado ese deporte, cuantas personas pensamos que cantamos bien y no sabemos de música, ni siquiera nos hemos escuchado, cuántos de nosotros nos creemos grandes pilotos y nunca hemos cogido un coche de competición, ni hemos estado en un circuito para comprobar nuestros tiempos, …

Debemos empezar a ser HUMILDES, a escuchar a los que saben, no es una cuestión de querer darles la razón, sino para poder a través de ese conocimiento, hacer una valoración de otra verdad, con la verdad que sabemos, para transformarla si así fuera necesario o hacerla nuestra si nos aporta una verdad más completa.

Todos estamos capacitados, pero no todos somos capaces de lo mismo.

Volvamos a mirar dentro de nosotros y respetar la verdad nuestra y no nuestras intensas ganas de tener la razón y salirnos con la nuestra, la línea es muy delgada, debemos ser honestos con nosotros mismos.

Si seguimos creyendo que lo sabemos todo de nosotros, es cuando de nosotros sólo sabemos lo que queremos, pero no todo y no sabremos respetar la sabiduría que existe y menos aún adquirirla. Sólo nos hace falta escucharnos.

No tengamos miedo a que otros nos aporten su sabiduría, eso nos fortalece y viceversa, eso no significa que seamos unos más que otros, significa que todos sabremos mucho más, hasta para saber quién tiene el talento y la capacidad…

No el que se presenta porque tiene un interés, da igual cuál, oposiciones, fama, ambición, etc. y ocupa la posición de mando.

Recuperemos nuestra humildad.

Es importante descubrir nuestros talentos y aprender de ellos, porque el talento se tiene o no, cada uno es capaz de lo que es capaz.

Todos somos igual de necesarios, ninguno mejor que otro, ¡el colectivo debe ser el líder! y todos los beneficiados, de ahí la importancia de potenciar nuestros talentos y no seguir creando duplicaciones… (Leer también: Todos somos colectivo)

¡RECUPEREMOS NUESTRA HUMILDAD! para poder ver nuestra VERDAD

#Gotitasdeagua888

AMISTAD
| |

AMISTAD

AMISTAD, es a ti a quien me dirijo, sé que aún sigues ahí en nuestro interior, sé que poco a poco y pasito a pasito te estamos recuperando, trayéndote al ahora, a este momento presente.

Lo hacemos con mucho miedo, amistad, pero créeme, lo hacemos, aunque aún hay desconfianza, es que no queremos sentirnos más veces tontos por ser buenos y creer en ti, o ingenuos por entregarnos con esperanza y determinación, o ilusos por confiar intensamente en los demás.

Cada vez más, amistad, nos respetamos a nosotros mismos, respetamos lo que sentimos, lo que estamos siendo y la humanidad que hay en nuestro corazón.

Amistad (Leer también: Unirnos), sabemos que es posible el cambio, todos lo sentimos, lo que nos pasa es que a veces nos desesperamos, nos sentimos impotentes e incluso incrédulos, porque no sabemos cómo hacerlo, pero gotita a gotita sí que nos estamos permitiendo que la sabiduría que atesoramos deje que el maestro que somos actúe.

Amistad, ya sabemos que tú existes por el amor al prójimo que poseemos y custodiamos en el corazón, es intrínseco en nosotros, todos nos sentimos bien cuando hacemos que el otro se sienta bien, cuando ayudamos al encuentro. Tal vez es esa la experiencia divina y elevada de ser uno con Dios, ser nosotros mismos, por ser uno con el otro, SER HUMANO gracias al otro que es nuestro hermano, el que nos permite la experiencia.

Volvamos a ser amigos y el resto será la consecuencia, la reacción, el efecto… (Ver: Todos somos colectivo)

Para cambiar lo que hacemos, tenemos que cambiar qué estamos siendo, esa es la asignatura, o más bien, el proceso en el que estamos inmersos.

 

No nos sintamos vencidos, sé que es difícil porque hay muchas maneras de ver el mundo, de visionarlo.

YOSOY de esos que sí perciben que el cambio es creíble, que cada vez somos más conscientes, permisibles y favorables con nuestra transformación.

Sigamos recuperando al ser humano que somos, reconquistando el ser persona.

 La pandemia si algo nos hizo consciente, es que la vida es más importante que las razones, que esto es tránsito, un viaje pasajero, un proceso, que al menos para mí, es fugaz.

A lo mejor deberíamos dejar la incesante búsqueda de darle sentido a la vida, desde la educación competitiva que hemos adquirido, que en ocasiones lo que crea, incentiva e incita es rivalidad, enemigos, perdedores, derrotados, egocéntricos, ególatras, narcisistas, personas individualistas y solitarias, porque también sabemos que somos todo lo contrario, eso sí, cuando lo elegimos, cuando adquirimos la consciencia de que todos somos uno, que vencernos, también es derrotarnos a nosotros mismos, así lo único que define es la manera de cómo aprendimos y no de cómo somos.

Tengamos FE, podemos restablecer, rescatar y reponer los valores intrínsecos de nuestro corazón, sintamos FE en nosotros mismos.

Todos somos humanos queriendo ser la versión más elevada de nosotros, aliviemos las creencias y recobremos la humanidad, la unidad común que todos y cada uno formamos.

 

Vivir es lo que tiene sentido, es así de sencillo a la vez que complejo.

Somos nosotros la vida y tal vez eso es lo que tenemos que recordar, nuestra misión…

De qué nos vale ganar si el otro que somos nosotros pierde;

-¿y si esa competición la mal aprendimos, porque no era competir para ganar o perder, sino para aportar al colectivo, a la UNIDAD que formamos con los demás, nuestra versión más elevada?-

Así triunfamos todos, ganamos lo «mejor» de cada uno.

Todos somos necesarios y lo sabemos, pero a veces esta manifestación tan obvia, no es respetable.

Cada uno vino a vivir una experiencia, su experiencia, es por eso, que lo que cada uno necesita es distinto, deberíamos complementarlas, abandonar nuestros miedos a no ser validados, hay suficiente para todos los que somos y no restarnos y reducirnos  entre nosotros por nuestras creencias,  «todos somos válidos», lo que sí debemos es ordenarnos. La competición existe, es parte de nuestra naturaleza, nos permite evolucionar nuestras destrezas, habilidades, pericias, maestría.

Cuando somos niños, lo de ser mejores o peores definía solamente nuestras acciones, no a nosotros como personas, eso lo teníamos muy claro en nuestro interior, sin que nadie nos lo enseñara, sabíamos que esas acciones eran sólo eso, acciones, que los niños que éramos, era lo que realmente importaba, porque éramos amigos, no había diferencias entre nosotros, eso lo «mal» aprendimos después, a posterior, a nadie excluíamos, y si lo hacíamos, era porque nos enseñaron a hacerlo según las creencias.

Competíamos para experimentar nuestras diferencias en las habilidades, es innato, saca lo mejor de cada uno, para después, con muchísimo amor compartirlo en el colectivo, a nadie dejamos fuera, éramos amigos.

 El amor de SER UNO cuando niños lo tenemos integrado, porque somos amigos, existe una relación real de afecto, simpatía y confianza inquebrantable, existe la amistad.

Cuando tenemos amigos o a alguien con quien simplemente hablar, somos felices, sentimos el afecto entre nosotros.

AMISTAD, eres importante en nuestra vida, eres ese vínculo estrecho con los demás, de afecto, lealtad y respeto.

Cada vez más despliegas tu magia de cariño, compañerismo y hermandad.

Tengamos CONFIANZA en nuestra humanidad interna y FE para materializarla.

 

 

#Gotitasdeagua888

ACABA Y DESPUÉS EMPIEZA
|

ACABA Y DESPUÉS EMPIEZA

Hasta que no se acaba no se debe empezar y eso es verdad.

A veces cuando estamos en plena tormenta emocional por una ruptura, queremos empezar algo nuevo lo antes posible sin haber acabado, sólo hay una necesidad y es la de olvidar lo antes que podamos o quizás la necesidad de mostrar al otro que somos más rápidos en continuar con nuestra vida o tal vez la necesidad de venganza y así creemos que desahogamos esa rabia interna, mostrándole,…

-¡mira lo que te perdiste!

-¡te lo dije!

-¡tú eras el problema! 

O también por seguir aumentando nuestra gran carencia de creer, que si estamos solos vivimos en soledad…

El caso es que preferimos embarcarnos en otro viaje sin saber el rumbo ni haber acabado el otro, sólo queremos estar ocupados como si fuéramos seres adictos en llevar la razón o el control de que nosotros sí somos válidos, que no estamos equivocados, somos los que llevamos la razón. (Leer también: «Te lo dije»

En ocasiones vienen los grandes atropellos, la humillación y la deshonra son pasto de alimento a nuestro honor e iniciamos una relación aún sabiendo en muchas ocasiones que no estamos bien, que no estamos centrados, que no hemos olvidado, que aún está en nuestro corazón, que la rabia sigue ahí aún con el paso del tiempo y también la

Es mejor «vendernos» de esa manera, muchas veces sin ser conscientes de esa venta y probablemente es nuestra manera cruel de castigarnos e iniciamos una vez más una relación con otra persona, que a priori es antagónica,..

-¡esta persona sí que me quiere, no como la otra!

En algún momento acaba esa mentira, esa falsa ilusión de nuestro egocentrismo, esa egolatría inconsciente de adoración hacia nosotros mismos, de manera desproporcionada.

 -¡El problema era sólo de la otra persona! y acabará la relación o acabamos con nosotros y morimos lentamente, para empezar a sobrevivir y no vivir!

Hemos mancillado nuestro honor, sin ser conscientes nos hemos puesto en «venta» por un valor insignificante por esa nuestra vulnerabilidad, la necesidad de ser aceptados por nosotros mismos y por los demás de que sí somos capaces de mantener una relación o bien por sentirnos que sí somos válidos para que el otro nos elija etcétera.

Todo necesita un tiempo natural y ese tiempo es nuestra propia naturaleza quien lo sabe.

 

El valor de nuestra dignidad nos corresponde a cada uno, lo que sí sé,… es que todos tenemos valor.

 

#Gotitasdeagua888

UNIRNOS
| |

UNIRNOS


En la vida, es la UNIÓN lo que nos genera fortaleza y es la fortaleza la que nos da el poder de transformar, de crear, el poder de la alquimia. Sin embargo, a veces, solo buscamos y codiciamos el poder sin darnos cuenta de que ese deseo de poder es el que nos separa, nos aísla y nos aleja del prójimo, e incluso, en ocasiones, nos elimina como si fuéramos desechos, desperdicios, sobras.

Queremos poder porque aún no sentimos que «los otros son una unidad con nosotros», sino que están separados, apartados, lejos, porque tienen creencias distintas, razones diferentes, pensamientos contrarios.

Debemos ser conscientes de que, para nosotros y la sociedad, lo único que tiene más valor que la misma vida es nuestra razón. Lo hemos observado constantemente a lo largo de la historia y también en la historia presente, la que ahora mismo escribimos; todavía hay guerras. Tal vez no somos del todo conscientes para poder observarlo…

La razón es el valor supremo de la vida, es la guía. ¿Es eso cierto, o es la misma vida, el valor supremo, lo que más valor tiene? Hemos matado a muchas personas por ello, y lo seguimos haciendo. A veces incluso lo hemos hecho y lo hacemos en nombre de Dios; nos quitamos la vida de manera impune por esa razón o razones… Por lo tanto, nos justificamos, porque somos los poseedores de la razón, es decir, de la verdadera verdad.

Esa enseñanza nos viene heredada desde hace muchísimo tiempo, desde nuestros antepasados, generación tras generación, por nuestras creencias. Aquellos seres que no tienen la misma que la nuestra, lo mejor es romper con ellos; son los equivocados o los malos, debemos desligarnos e inclusive, repudiarlos, despreciarlos, censurarlos.

Es esa desunión, usada en nuestra educación a través de la religión, la política, la espiritualidad, los géneros, etc., la que nos divorcia y desconecta del amor al prójimo, nos aparta y nos excluye del «SER HUMANO que somos».

Es ese dividirnos el que nos dispersa y acentúa nuestro individualismo; solo son válidos aquellos que piensan como nosotros, dejando de sentir que los demás son uno con nosotros, que todos SOMOS UNO. Esto hace que ambicionemos adictivamente el poder, hasta cotas insospechadas, donde todo vale, incluida la vida si así fuera necesario, con tal de conseguirlo y mostrar que somos nosotros los que tenemos la auténtica verdad.

Sin embargo, si nos enseñaran que el poder de la vida, de la creación, nace de la UNIÓN de todos nosotros, de nuestra fortaleza interior, quizás empezaríamos a ADQUIRIR LA CONSCIENCIA de que ese es el poder para crear de otra manera y empezaríamos la real y genuina transformación en ese mundo «nuevo» que anhelamos, ese mundo que define a la vida.


La Vida y el Poder de la Unión

«La vida somos y el otro eres tú mismo», ese es el respeto a nuestra humanidad, a nuestros corazones, eso es parte del proceso de encuentro.

No se trata de separarnos por tener percepciones distintas de la vida que somos, sino de unirnos y complementarnos, sumar los unos en los otros. Ese es el poder que hay en nuestro interior, y esa suma de cada uno de nosotros nos revela que la fortaleza interior de la UNIÓN nos da el poder del universo para crear, concebir, establecer; y es en la separación donde se disipa, se esfuma y se desvanece, generando una grandísima lucha encarnizada por el poder.


Verdadera Fortaleza

La fortaleza interior no se obtiene del poder; es al contrario, es el poder quien surge de la fortaleza interior de la UNIÓN.

La separación continúa disfrazada como fortaleza, desde los países con su patriotismo y fronteras, la política, economía, religiones y las creencias. Dejemos de separarnos entre nosotros como si no fuéramos TODOS UNO, sino enemigos acérrimos, decididos y convencidos. Esta gran falacia la hemos perpetrado en el tiempo, es nuestro legado y continuamos con ella.


Despertemos

Despertemos.


Es la UNIÓN quien genera la fortaleza interior de la creación, del cambio, la suma de todas y cada una de las percepciones, la que nos da el PODER de la transformación, la creación que nos define a todos.


#Gotitasdeagua888

QUE DIFÍCIL ES ORDENAR
|

QUE DIFÍCIL ES ORDENAR


La Dificultad de Ordenar y el Autoengaño

Qué difícil es ordenar cuando ni siquiera se aprecia el desorden, cuando la percepción que tenemos de nosotros mismos es todo lo contrario: una vida ordenada, cabal, coherente, con sentido.

Qué difícil es ordenar cuando la imagen que observamos de nosotros es una imagen de lucha, pero no de desorden; de resistencia, pero no de desorden; de oposición, pero no de desorden; de rebeldía, pero no de desorden; de obstinación, pero no de desorden; de repulsa, pero no de desorden…

Hasta que un día llega alguien que nos vislumbra la grandísima debilidad y fragilidad que poseemos, el colosal desorden de solo ser la intención de querer ser alguien que se siente apto porque los demás lo aprueban, alguien que se siente parte del colectivo porque lo validan. Y esto, incluso a costa de renunciar a nosotros mismos, adaptándonos, abandonándonos y rindiéndonos a ser tal y como somos.

Llegan relaciones por doquier donde lo único que buscamos es sentirnos capaces, como son los demás, engañando a nuestros sentimientos. Tal es el anhelo de vivir cumpliendo la norma que nos certifica, la que nos homologa y nos ratifica, que llegamos a «prostituirnos» por el deber y la obediencia, y así poder sentirnos corroborados.

Todo vale con tal de conseguirlo, y sin ser conscientes en la mayoría de las ocasiones, ni pretenderlo, el amor se convierte en la incansable, inagotable e infatigable carrera de lograr y alcanzar la meta de vivir en pareja. Da igual con quién, eso es secundario. Cualquier sentimiento hacia esa persona nos detona una gran e inmensa ilusión y alimenta nuestras razones para conseguirlo.


El Miedo a Perder y el Desorden de las Relaciones

Se apodera de nosotros el miedo a perder y mantenemos relaciones disimuladas, solapadas, sinuosas, falaces, incluso escabrosas y desconfiadas.

Nos adaptamos emocional y sentimentalmente, y nos adecuamos, acondicionando todo de manera laboriosa y voluntariosa. En vez de ordenar y equilibrar armonizando, nos vamos al DESORDEN que nos muestra el otro, lo acompañamos en todas sus ausencias, sin discernimiento alguno por nuestra parte; tenemos el gran objetivo de vivir en pareja.

Los criterios que regían o rigen nuestra vida, optamos por que desaparezcan y nos convertimos en fieles cómplices de lo que no somos, haciendo cosas por hacer, siguiendo esa ausencia a través del otro, siendo partícipe y copartícipe con la pareja elegida, colaborando en cosas que ni siquiera nos habíamos o nos hemos planteado, estaban y están vetadas, prohibidas, censuradas o bien desaprobadas por nuestros valores. Sin embargo, nos adiestramos libremente, porque creemos que es lo que hay que hacer para estar protegidos y ser calificados como aptos, capaces y suficientes.


Verdad y Humildad

«Lo único que crea verdad es la verdad» José Acosta

Quizás es hora de observar que es propio, característico e inherente a nosotros y contemplar si nos estamos respetando. Somos merecedores de amor propio y el RESPETO es parte del proceso.

El camino lo debe hacer cada uno por sí mismo, es libre y personal, depende de cada uno cómo quiera caminarlo. En mis letras no hay juicio, sino observación; no hay aleccionamiento, sino contemplación; no hay examen, sino introspección; no hay advertencia, sino empirismo; no hay aviso, sino aclaración…

«La humildad es la capacidad de ver nuestra verdad» José Acosta

Tal vez llegó el momento de dejar de justificarnos exponiendo nuestras razones para que sea admisible y no censurable e inadecuado, y ENCONTRARNOS.


Nuestro Viaje Interior


Nuestro viaje es al interior de nosotros y la única manera de hacerlo es adquiriendo consciencia de nosotros mismos, en el proceso que es la vida.


#Gotitasdeagua888

DESNUDARNOS
| |

DESNUDARNOS

Solemos estar tan inmersos en la idea de cómo debemos de ser, que siempre hay algo de cómo somos que no nos gusta de nosotros; es altísima la exigencia que tenemos para ser de una manera determinada…

¡Depende de nuestra creencia!

Cuando somos capaces de desnudarnos, aun con miedo, deja de importarnos cómo nos ven y también la opinión que tienen de nosotros.

Empezamos a SER libres por hacerle frente y dar la cara al temor, afrontando la probable cobardía e incluso el posible pánico que nos limita. Las alarmas del pavor se silencian, y aparece la confianza en nosotros mismos; la autoestima nos enuncia con serenidad el VALOR que tenemos.


«Somos únicos y originales»


Me pregunto: ¿Quién o quiénes dijeron cómo debíamos de ser?… ¿Fuimos nosotros?…

A lo largo de la vida siempre ha habido cánones, reglas, pautas, guías… normalmente llenas de intereses de dominio para poder tener el control.

A veces hemos sido conscientes y otras no, y eso nos ha ido generando pensamientos, razones, senderos… Para sentirnos personas con notable reconocimiento y salir «victoriosos» tras la teórica comparación con los demás; las hipotéticas pruebas de validez y digo, teóricas o hipotéticas, porque no son tangibles, pero para mí, sí que son ciertas y verídicas; como por ejemplo la moda, qué importante es estar a la moda, o de moda, el estatus que nos reporta, el grado que nos representa.


Eso nos ocurre en cualquier aspecto de nuestra vida. Uno de los más apreciables es con nuestro aspecto físico, las medidas y la inevitable vejez… En ocasiones, las operaciones son a doquier para aparentar y estar a la altura que creemos que es la óptima, por estar sometidos a un examen continuo y agotador de nosotros a nosotros mismos, a través de nuestra creencia (pechos, nariz, labios, arrugas), etc.


Cuánto dolor pasamos… que justificamos a través de nuestras razones, esas que provienen de nuestro raciocinio, argumentos que justifican tal vez nuestras propias limitaciones, esos condicionamientos, restricciones a sentirnos libres, sin juicios…

—Tal y como somos—

Se ha convertido en «pecado» hasta el proceso natural de la edad, exigencia que nos asfixia, nos limita en un mar de complejos, de inseguridad e inferioridad.

—¿Y si es producto de la educación competitiva que tenemos?—

A lo mejor deberíamos reflexionar sobre esas nuestras barreras de validez.

Tal vez pensamos, por ese aparente «complejo», que dependiendo de la edad, ya no podemos ganar, o al menos aparentarlo según esos cánones y de ahí, esa carrera larga evitando el miedo pensado, deducido…

—En ocasiones es tortuoso—.

—¿Y si no es ganar, ni ser mejor que nadie, sino simplemente ser nuestra mejor versión, ser nosotros mismos, tal y como somos?—


Quizás acabaría la agonía de tener que aparentar o mostrarnos de una manera determinada o específica o «decretada». Posiblemente, si hiciéramos conscientes por qué nos sentimos limitados, probablemente seríamos libres.


Porque somos conscientes de quiénes somos nosotros y por tanto aptos, capaces, competentes y por supuesto SUFICIENTES. A veces nuestra estima está tan deteriorada que pensamos que debemos intervenir en todo lo que aparentemente nos acompleja, como la flacidez, las arrugas, que determinan nuestra edad. Tal vez así recuperaríamos la estima y el valor de ser nosotros mismos y me pregunto…


—¿Eso es cierto o siempre hay algo, otra cosa que nos delimita?—

He visto personas que empezaron operándose lo que a priori los acotaba y convirtieron su vida en el eterno anhelo de la ilusión de poder operarse todo lo suficiente, todo lo que les era necesario para conseguirlo y así, así, así… siempre había algo más. Quizás no hemos observado que no es mejorar el complejo que tenemos, sino «no crear el complejo».

A lo mejor podríamos empezar a hacerlo, adquiriendo la consciencia de la vehemente comparación de la fuerte, potente y penetrante imposición social de cómo deberíamos ser. —No es una crítica, solo hago la observación—

Son muchos los que me dijeron que querían recuperar su estima y no les funcionó.

—¿Y si nos desnudamos y perdemos el miedo a la aceptación, a la validez, a la autenticidad?—

Sé que puedo generar controversia, que no pretendo; solo aporto criterios de mi percepción, que no la verdad absoluta. Sé que cada vez que acepto el miedo a aceptarme tal y como YO SOY.


A sentirme válido.

Ser auténtico y original.

YO SOY LIBRE cuando lo armonizo.


También me ocurre cuando lo acepto y lo afronto de igual forma con respecto a los demás, que conmigo formamos el colectivo. El miedo a que no me incluyan o que no me reafirmen… Cuando eso ocurre y me atrevo a desnudarme, libero mis miedos y descubro que todo era una percepción de mi creencia y llega el ORDEN que me hace sentir libre. El AMOR PROPIO y, desaparece la necesidad de querer ser de una forma o manera, ya no necesito «operarme»…


«Porque YO SOY así y así es como YO SOY»


«Un SER LIBRE por afrontar el miedo a desnudarme tal y como YO SOY» 💦


#Gotitasdeagua888

MORALIDAD
|

MORALIDAD

Aquí tienes el texto en español, sin el código HTML ni los elementos de Divi:


En muchas ocasiones, llegamos a confundir el AMOR con la facilidad sexual e hicimos «difícil», por ello, encontrar una relación de amor respetuosa con nosotros mismos.

Hablo del amor a uno mismo, a nuestros tiempos naturales, al respeto de nuestra intimidad, a lo profundo de nuestros sentimientos…

En ese camino de encuentro, a veces dejábamos de ser nosotros e hicimos lo contrario a lo que entendíamos que nos limitaba y reprimía nuestra libertad.

La moralidad de ser puros y castos por creencias… y tal vez fue más importante sentir que recuperábamos esa libertad perdida que el respeto a nosotros mismos.

Incluso, en ocasiones, llegábamos a «prostituirnos» sintiendo un vacío enorme, una grandísima desolación, utilizados, vejados, ninguneados…

No hablo de puritanismo, ni de la rigidez y de la escrupulosidad excesiva del cumplimiento de normas de conducta moral. Hablo de respeto a nuestra vida, a que seamos nosotros mismos quienes elijamos…


EL AMOR se hace de muchas maneras: «viendo una puesta de sol, escuchando música, compartiendo una película, un café, una tertulia», y la consecuencia de hacer el amor algunas veces es intimar.

A veces incluso sentimos que solo queremos experimentar esa conexión sexual de manera física, llena de deseo y de libido. También se hace el amor así, cuando quienes lo experimentan son conscientes de que en ese momento sienten expresarlo de esa manera e intiman…

Hacer el amor no es hacer sexo y tampoco dejar de hacer sexo; es hacer el amor.

Hacer el amor es conectar con el otro.


Armonizar las frecuencias que se sienten y elegir cómo materializarlas.

Es «Ser Uno» mientras nos vivimos y nos experimentamos.


Una de las «mayores» muestras de hacer el amor es intimar, es fusionarnos recordando que ambos somos unidad y anclar luz del cielo en la Tierra, de ahí que decimos «dar a luz».

Traer un Ser de luz del cielo y anclarlo aquí…


Es precioso y maravilloso hacer el amor, intimando para recordarnos en la unidad o no…

—¿A quién no le ha pasado que ha hecho el amor y no ha intimado?

Hacer el amor no es sinónimo de intimar e intimar no es sinónimo de hacer el amor…

Cuando lo ordenamos porque nos respetamos, el placer también se transforma y ya no solo es físico, sin desvalorar lo físico por esto o, ponerle la etiqueta de no válido, sino que simplemente nos posibilita ahondar y explorar más allá…


Debemos ordenar la represión y los límites de nuestra moralidad y también ordenar la libertad de creer que haciendo lo contrario somos nosotros…

No somos nosotros por hacer lo contrario a la moralidad, ni tampoco somos nosotros por ser seres llenos de LA MORALIDAD APRENDIDA por las creencias.

Nosotros somos cuando elegimos qué es lo que nos define en el momento, desde nuestra capacidad de observación, desde la consciencia que en ese momento experimentamos de nosotros mismos.


¡Hagamos El amor! 💦


#Gotitasdeagua888

YA YOSOY LIBRE
|

YA YOSOY LIBRE


Ya yo soy libre no porque sienta que puedo hacer lo que me dé la gana o lo que me plazca… sino porque tú hagas lo que te plazca y yo te respete.

Ya yo soy libre no porque pueda elegir lo que quiera, sino porque tú puedes elegir lo que quieras y yo te apoye…

Ya yo soy libre no porque pueda estar con alguien distinto a ti, sino porque tú puedas estar con quien sientas y eso sea motivo de mi alegría…

Ya yo soy libre no porque perdí el miedo a elegir a otro ser, sino porque perdí el miedo a no sentirme válido si tú elegías a otro…

Ya yo soy libre no porque perdí el miedo a sentirme amenazado, sino porque tus elecciones de vida para mí ya no son amenazas, sino el camino de tu encuentro

Ya yo soy libre porque mi amor no depende de ti, ni de lo que hagas, sino de mí, de lo que yo siento a tu experiencia de vida…

Ya yo soy libre no porque en mi proceso de encuentro tú seas necesario/a, sino porque amo tu proceso, estés conmigo o no lo estés…

Ya yo soy libre no porque yo me ame a mí mismo, sino porque tú te amas a ti mismo y me reflejas esa libertad que yo siento…

¡Ya yo soy libre porque perdí el miedo a que tú lo seas!


Estemos agradecidos porque experimentemos amar por amarnos a nosotros mismos, como ahora sabemos que nos AMAMOS porque AMAMOS

Es difícil el viaje de Ser y lograr amar incondicionalmente para dejar Ser…

Seamos libres, secundemos y alegrémonos de que vivamos nuestra VIDA, cada uno la suya desde nuestra elección de quien SOMOS y el respeto de todos al proceso…

Solo vivimos una vez tal y como somos ahora, así que disfrutemos de la vida…

Para todos aquellos que, de una manera u otra, a lo largo de su experiencia de vida han vivido una ruptura y aun así no se han sentido libres…

¡Recordemos que la libertad está dentro de nosotros mismos!


SEAMOS LIBRES


#Gotitasdeagua888

AMOR ES ORDEN
|

AMOR ES ORDEN

¡Hola! Aquí tienes el texto sin el código HTML, listo para usar:


Es muy difícil ordenarnos si solo atendemos a lo que sentimos, sin tener el discernimiento de si eso que sentimos define el amor que somos, si esa experiencia que vivimos lo manifiesta, lo refleja y nos da el equilibrio y la armonía necesaria, que nos hace sentir realizados…


Quizás estamos equivocados y solamente por el hecho de sentir ya lo llamamos amor.


A veces, al compartir esos sentimientos intensos, vivimos una fatalidad inaguantable e insoportable que nos produce una gran destrucción y una grave e insufrible alteración en el desarrollo natural de las cosas… y aun experimentando eso, «lo seguimos llamando amor»… A lo mejor estamos sugestionados por nuestras propias creencias que nos dicen que con solo el hecho de sentir, ya eso es amor, da igual si tiene orden o desorden…


—¿El amor es solamente lo que sentimos?, o…

—¿Es el ORDEN de lo que sentimos?

Por supuesto que es obvio que tenemos que sentir, a ninguno se nos escapa ese importante detalle que define el amor, pero si ese sentimiento nos maltrata, nos veja, nos humilla, nos condena…

—¿Es eso amor?

Vivimos convencidos de que el amor es lo que sentimos mientras lo experimentamos intensamente, y si…

—¿El amor se siente, pero no solo ese sentir es lo que es amor?

Es evidente que el amor nos hace sentir, pero el hecho de solo sentirlo no significa que eso sea amor, y ejemplos hay muchos.

¿Cuántas veces nos hemos enamorado de personas que, por su forma de percibir la vida, transgreden el acuerdo o el pacto establecido libremente por ellos mismos y actúan de manera contraria, mienten, quebrantan, infringen, violan, vulneran?


¡El amor no es solamente lo que se siente, sino el ORDEN de eso que sentimos!


En muchas ocasiones sentimos intensamente y ya por ello lo llamamos amor, aun faltándonos el respeto, al honor y a nuestra dignidad, al amor propio para con nosotros mismos.

Cuando nos enamoramos todo es una magnífica proyección de lo hermoso que esa intensidad sentimental nos hace sentir y ese sentimiento tiene el alimento suficiente para ir encontrándonos, creando y posibilitando la alquimia que lo materializa.

Pero ese sentimiento no permanece de esa manera, sino que se transforma…

—¿Qué pasa cuando es así, cuando ya no tenemos esa fuerza del enamoramiento?

Debemos mirar en nuestro interior si así lo consideramos y tener una conversación profunda y sincera con nosotros mismos.

—¿Estamos experimentando el amor o solo el amor al prójimo y el amor propio está resentido y débil?, o… al revés.

—¿Tenemos un exceso de egocentrismo, de amor propio y el amor al prójimo solo es una persona vasallo enganchado a nosotros por un sentimiento intenso?…


AMAR es el equilibrio del amor propio y del amor al prójimo, sabiendo que en ese camino experimentaremos la ausencia de amor, para poder experimentar amor. ♥


Lo que crea el encuentro con nosotros mismos es nuestra verdad, y te corresponde a ti la tuya, es tu vida. 💦


#Gotitasdeagua888

LA RED
|

LA RED

La Red es una herramienta que, si le damos el uso óptimo, crea grandes cosas…

Pero debemos ser conscientes de que la Red no es lo que somos. Ese perfil que tiene nuestro nombre no debe tener más vida que nosotros mismos, y digo bien, porque hay personas que «mueren» por ello y son personas muy significativas en la red: influencers, youtubers… La Red no debe ser más importante; es simplemente una herramienta que nos permite expresar momentos, inquietudes, ideas, acciones…

No es lo que somos nosotros, de ahí que debemos hacer una introspección y mirarnos, solo nosotros sabremos la verdad.


Ya hemos tenido experiencias con personas y grupos con sus respectivos administradores que defienden el perfil en sus redes sociales, incluso en ocasiones como si se les fuera la vida en ello. Lo importante es tener la razón en la Red sí o sí; más allá de la verdad, es conseguir el objetivo, y por ello, competimos fuertemente en pro de esa finalidad. Eso nos hace sentir encontrados con nosotros mismos.

¿Es con nosotros o con la verdad que visualizamos, con la razón que hemos proyectado, esa que nos ha enseñado el sistema y la sociedad de cómo debe ser nuestra vida?…

Son muchas las veces que observo cómo constantemente estamos inmersos en volver a ser alguien con notoriedad en la Red, rivalizando por destacar a nivel individual y también en los grupos.

«Casi todos ofrecen lo «mejor»»

La Luz anhelada El Cielo buscado El Olimpo deseado El Nirvana ambicionado…

Sé y me consta que son maratonianas 24 horas del día sin descansar, semanas, meses y años para poder ofrecer esa teórica verdad, la inquietante y alarmante necesidad de ser alguien significativo, distinguido, destacado…

—Y me hago una pregunta—

¿De verdad es eso lo que tenemos que ofrecer?

Quizás necesitamos otras cosas; a lo mejor nuestras demandas son distintas, como por ejemplo que nos aporten herramientas para encontrarnos a nosotros mismos, criterios que nos inciten a profundizar y elegir por nosotros, invitarnos a que discernamos desde nuestra verdad y brindarnos la posibilidad de encontrarnos en nuestro camino, el que a cada uno nos toca transitar

¿Qué es lo que pretendemos ofrecer?

¿Promesas de qué debemos hacer para poder ser importantes, fundamentales, cruciales, en la Red y en la misma vida, o herramientas que nos demandan realidades para el encuentro de cada uno y no utilizarlo estratégicamente para que nos sigan a nosotros con la consecuencia de la notoriedad, el renombre y la fama?


«Cada uno de nosotros sabrá su propia verdad»

¡Solo hay una cosa que crea verdad y esa es la VERDAD!

Hay alguien que sí sabe quiénes somos, que sí sabe cuál es nuestro camino y lo que vinimos a experimentar; además, es erudito y alberga mucha sabiduría…

¡Ese ERES TÚ!


Dejemos ya de seguir creencias de qué es lo que tenemos que hacer para ser nosotros; la consecuencia de seguirlas es que podemos seguir el camino de otros, sea religión, espiritualidad, etc.

Además, siempre nos van a guiar desde su visión del mundo, desde su percepción, de lo que para ellos es mejor, o bueno, o correcto… ¡Eso ya no funciona!

Y no dependeríamos de nosotros mismos, sino de las conclusiones o deducciones de otro, que como otros viven su propio encuentro, el suyo, pero no el nuestro; nadie lo hace por nadie, cada uno tiene que hacer su camino. Eso no significa que en ocasiones sus aportaciones sean bienvenidas y bendecidas.

Llevémonos por nuestra intuición; ya somos conscientes de que cuando estamos preparados vivimos lo necesario para recordarnos.

Habrá seres que de una manera u otra llegan a nosotros en el momento perfecto, con la frase que debemos oír para rememorar quiénes somos. Tengamos presente que no deben ser necesariamente personas con carteles colgados de sus títulos conseguidos; a veces llegan personas con verdad acumulada, vida vivida o experiencia transitada, que tienen mucho que decirnos, y en otras ocasiones personas que solo nos dejarán esa frase o palabra o gesto o…

La activación en nosotros para que recordemos que somos algo más que lo que nos permitimos, que en nosotros hay mucho más, que nos atrevamos a


SER NOSOSTROS MISMOS


#Gotitasdeagua888