AMISTAD
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AMISTAD

AMISTAD, es a ti a quien me dirijo, sé que aún sigues ahí en nuestro interior, sé que poco a poco y pasito a pasito te estamos recuperando, trayéndote al ahora, a este momento presente.

Lo hacemos con mucho miedo, amistad, pero créeme, lo hacemos, aunque aún hay desconfianza, es que no queremos sentirnos más veces tontos por ser buenos y creer en ti, o ingenuos por entregarnos con esperanza y determinación, o ilusos por confiar intensamente en los demás.

Cada vez más, amistad, nos respetamos a nosotros mismos, respetamos lo que sentimos, lo que estamos siendo y la humanidad que hay en nuestro corazón.

Amistad (Leer también: Unirnos), sabemos que es posible el cambio, todos lo sentimos, lo que nos pasa es que a veces nos desesperamos, nos sentimos impotentes e incluso incrédulos, porque no sabemos cómo hacerlo, pero gotita a gotita sí que nos estamos permitiendo que la sabiduría que atesoramos deje que el maestro que somos actúe.

Amistad, ya sabemos que tú existes por el amor al prójimo que poseemos y custodiamos en el corazón, es intrínseco en nosotros, todos nos sentimos bien cuando hacemos que el otro se sienta bien, cuando ayudamos al encuentro. Tal vez es esa la experiencia divina y elevada de ser uno con Dios, ser nosotros mismos, por ser uno con el otro, SER HUMANO gracias al otro que es nuestro hermano, el que nos permite la experiencia.

Volvamos a ser amigos y el resto será la consecuencia, la reacción, el efecto… (Ver: Todos somos colectivo)

Para cambiar lo que hacemos, tenemos que cambiar qué estamos siendo, esa es la asignatura, o más bien, el proceso en el que estamos inmersos.

 

No nos sintamos vencidos, sé que es difícil porque hay muchas maneras de ver el mundo, de visionarlo.

YOSOY de esos que sí perciben que el cambio es creíble, que cada vez somos más conscientes, permisibles y favorables con nuestra transformación.

Sigamos recuperando al ser humano que somos, reconquistando el ser persona.

 La pandemia si algo nos hizo consciente, es que la vida es más importante que las razones, que esto es tránsito, un viaje pasajero, un proceso, que al menos para mí, es fugaz.

A lo mejor deberíamos dejar la incesante búsqueda de darle sentido a la vida, desde la educación competitiva que hemos adquirido, que en ocasiones lo que crea, incentiva e incita es rivalidad, enemigos, perdedores, derrotados, egocéntricos, ególatras, narcisistas, personas individualistas y solitarias, porque también sabemos que somos todo lo contrario, eso sí, cuando lo elegimos, cuando adquirimos la consciencia de que todos somos uno, que vencernos, también es derrotarnos a nosotros mismos, así lo único que define es la manera de cómo aprendimos y no de cómo somos.

Tengamos FE, podemos restablecer, rescatar y reponer los valores intrínsecos de nuestro corazón, sintamos FE en nosotros mismos.

Todos somos humanos queriendo ser la versión más elevada de nosotros, aliviemos las creencias y recobremos la humanidad, la unidad común que todos y cada uno formamos.

 

Vivir es lo que tiene sentido, es así de sencillo a la vez que complejo.

Somos nosotros la vida y tal vez eso es lo que tenemos que recordar, nuestra misión…

De qué nos vale ganar si el otro que somos nosotros pierde;

-¿y si esa competición la mal aprendimos, porque no era competir para ganar o perder, sino para aportar al colectivo, a la UNIDAD que formamos con los demás, nuestra versión más elevada?-

Así triunfamos todos, ganamos lo «mejor» de cada uno.

Todos somos necesarios y lo sabemos, pero a veces esta manifestación tan obvia, no es respetable.

Cada uno vino a vivir una experiencia, su experiencia, es por eso, que lo que cada uno necesita es distinto, deberíamos complementarlas, abandonar nuestros miedos a no ser validados, hay suficiente para todos los que somos y no restarnos y reducirnos  entre nosotros por nuestras creencias,  «todos somos válidos», lo que sí debemos es ordenarnos. La competición existe, es parte de nuestra naturaleza, nos permite evolucionar nuestras destrezas, habilidades, pericias, maestría.

Cuando somos niños, lo de ser mejores o peores definía solamente nuestras acciones, no a nosotros como personas, eso lo teníamos muy claro en nuestro interior, sin que nadie nos lo enseñara, sabíamos que esas acciones eran sólo eso, acciones, que los niños que éramos, era lo que realmente importaba, porque éramos amigos, no había diferencias entre nosotros, eso lo «mal» aprendimos después, a posterior, a nadie excluíamos, y si lo hacíamos, era porque nos enseñaron a hacerlo según las creencias.

Competíamos para experimentar nuestras diferencias en las habilidades, es innato, saca lo mejor de cada uno, para después, con muchísimo amor compartirlo en el colectivo, a nadie dejamos fuera, éramos amigos.

 El amor de SER UNO cuando niños lo tenemos integrado, porque somos amigos, existe una relación real de afecto, simpatía y confianza inquebrantable, existe la amistad.

Cuando tenemos amigos o a alguien con quien simplemente hablar, somos felices, sentimos el afecto entre nosotros.

AMISTAD, eres importante en nuestra vida, eres ese vínculo estrecho con los demás, de afecto, lealtad y respeto.

Cada vez más despliegas tu magia de cariño, compañerismo y hermandad.

Tengamos CONFIANZA en nuestra humanidad interna y FE para materializarla.

 

 

#Gotitasdeagua888

SER HUMANO
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SER HUMANO

Claro, aquí tienes el texto en español, sin el código HTML ni los elementos de Divi:


A veces me gustaría abandonar y en ocasiones decir: «Pues me equivoqué, es cierto, esta vida es una mierda». Pero mi corazón sabe que eso no es verdad, aunque mi mente se imponga de vez en cuando y gobierne, queriendo incluso elegir regresar. Encontrarnos es difícil por lo duro que llega a ser en ocasiones…

De ahí que siempre, cuando alguien hace una manifestación teórica del encuentro, me quedo mirando y observando la teoría y su proyección. Porque si nos estamos encontrando, no diremos eso; diremos la verdad y es lo duro que en ocasiones es.

La de veces que nos vemos solos, no entendidos, negados, excluidos, impotentes, y también aquellas en las que se nos fue la pinza, sobre todo cuando la ira se desordenó y le dimos el alimento necesario para que la rabia gobernara. Teníamos la razón y esa era nuestra única prioridad; no pudimos, por más que quisimos, no hacer y hacernos daño…


La vida está viva y las emociones son la vida, energía en movimiento…


¿Cómo ordenarlo si nos negamos por la teoría de que somos seres incorrectos por vivir esos estados emocionales? Todo es parte del movimiento de la misma vida que somos; todo es y todo somos. Hasta pensarlo en ocasiones es un delito moral, o un grave problema en nuestro interior, o una posesión «endemoniada».

Teoría…

Estoy cansado de la teoría, de solo teoría de lo correcto, de lo que debe ser, del color, de qué es lo que está bien o mal, de cuándo somos lúcidos o no. A veces me veo solo por eso mismo; es como si aceptar ser uno mismo, encontrarnos, fuera sinónimo de ser impoluto e íntegro, y vienen los juicios crueles… Y sí que lo soy, pero por reconocer la verdad que crea verdad en mí, y es que todas esas emociones pasan por nosotros: aquellas que consideramos buenas y aquellas que consideramos malas, porque ambas somos…


Sé que no estoy en soledad, ni me siento así.

Hay teorías que se olvidan de que somos vida, algo tan sencillo, y se pierden haciendo un juicio atroz cuando viven las emociones para poder ordenar y transformar… porque, desde nuestra visión, son incorrectas, o tal vez deleznables, o no están a la altura de lo que se supone que es ser digno.

—¿Acaso creemos que eso que vivimos es casualidad o que no es lo que vinimos a vivir?


Quizás es nuestro propósito de vida, nuestro destino… y digo quizás, porque todas las verdades son verdad, y eso para mí es respetar las demás percepciones, de la misma manera que respeto mi filtro. A lo mejor esa es la verdad de la vida que somos y esas son las oportunidades que generamos para elegir SER nosotros y definirnos a través de nuestros actos.


Es un camino, en ocasiones desordenado, pero eso es amor… solo hay que ordenarlo. Es intentarlo, eso es, elegir intentarlo, porque la vida es una elección. Encontrar el orden entre nuestra experiencia y la de los demás, entre nuestro camino y el de los demás.


«Es ese «TODO SOMOS UNO» y todos necesarios»

José Acosta


Limitamos el amor pensando que está sujeto a formas y maneras… y eso es lo que no lo hace libre.

El amor no es una forma adecuada; el amor es eso que se siente, esa energía que se mueve, que debemos vivir para elegir ser nosotros o intentarlo. Es decir, emociones que debemos armonizar en todo su movimiento. Es lo que somos, energía que se mueve, es la que creamos para poder elegir, intentar elegir SER.


Recordemos que la meta es intentarlo y la consecuencia puede ser que sea conseguirlo… aunque si somos todo, siempre se consigue. Ese todo es amor, y eso nos cuesta verlo, porque cada vez que vivimos algo que no encaja, pero que es lo que nos permite ser, creemos que estamos errados, que no somos merecedores, que eso no es amor, y eso no es así, al menos desde mi percepción.


—Tal vez deberíamos construir una relación con nosotros mismos, con el ser humano que somos, tal y como es…


¡Simplemente SER HUMANO! 💦


#Gotitasdeagua888

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LA LUCHA

Lucha y lucha y más lucha,… derrocar lo anterior, cambiar lo antiguo, negar lo viejo…

¿Cuántas veces nos decimos «sigamos luchando, no dejemos de hacerlo»?

¿Luchar, es eso lo que debemos hacer?…

Luchar es emplear la fuerza u otros medios contra alguien o contra nosotros mismos o… en un enfrentamiento, que por lo general es violento, para conseguir un fin y vencer…

También es el esfuerzo que hacemos para vencer obstáculos, etcétera.

En ocasiones vivir en la lucha constante es extenuante… tenemos la lucha tan integrada en nuestra memoria histórica que hasta para encontrar el amor, la paz, el bienestar, la felicidad… debemos luchar, luchar por adquirir el derecho, el respeto, la libertad, el espacio… Se nos hace difícil a veces ser conscientes de que nada de eso lo define la lucha, sino lo contrario…

¿Y si estamos equivocados y es esa lucha interna que exteriorizamos lo que hace que evite encontrarnos de la manera y forma que queremos?

¿Y si esa es la resistencia, que en muchas ocasiones no sabemos ponerle nombre pero que afecta a que no nos sintamos realizados y reafirmados con nosotros mismos?…

  • Luchar lo usamos en cada texto, en cada tertulia, charla… que es necesario destacar nuestro esfuerzo, el esfuerzo de ser dignos, honrados, loables… Luchar es la palabra que a veces utilizamos para definir nuestra gran voluntad, nuestra gran capacidad, nuestra honorabilidad…

Podemos ser voluntariosos, capaces, venerables sin luchar… de manera pacífica y establecerlo en nosotros, sintiendo la paz que nos permite observarnos y elegir querer ser sin la resistencia de la pelea, del combate, de la batalla, de la lidia…

  • La lucha no pacifica, la batalla no concilia, la pelea no persevera, la disputa no acerca, la guerra no construye…

Sé que la lucha no solo tiene el significado de cómo lo contextualizo… también tiene el de la brega, el de hacer las cosas con entrega…

Solo pretendo hacer consciente que quizás usamos la energía de la lucha para ser nosotros y esa sea la causa que nos distancia del encuentro… No hago juicio de valor, sino pretendo aportar otra percepción que tal vez nos pueda ayudar a visualizar el desorden si lo hubiera…

Pacificar, trabajar, bregar, concordar, convenir, concertar, ajustar, encajar… posiblemente defina más a la humanidad que la lucha…

La vida no es una lucha, la vida es una experiencia.


LA VIDA NO ES UNA LUCHA, LA VIDA ES UNA EXPERIENCIA

Jose Acosta 💦


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