TENEMOS DERECHO
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TENEMOS DERECHO

Todos estamos en proceso y merecemos otra oportunidad, por supuesto que SI, y tres, cuatro, cinco, seis… tantas veces como sea necesario para nuestra comprensión. Como también tenemos la opción a decir no, basta, hasta aquí, ya no más,… y no por ello sentirnos indignos, ni personas sin compasión, ni comprensión.

Sabemos que en ocasiones es difícil saber dar orden (Leer también: Ordenemos)  sobre todo cuando la implicación sentimental es muy intensa, nos da mucho miedo las posibles consecuencias de perder lo que consideramos que tenemos, relaciones, hijos, etc… y, sobre todo el no ser justos.

 -¿Quién de nosotros no ha tenido otra oportunidad y no la ha dado alguna vez?-

Seguramente todos lo hemos experimentado…

Bloqueamos o apagamos el móvil, nos largamos a despotricar o nos metemos en nuestro cuarto a darnos pena, nos paralizarnos ante lo ocurrido u obramos desde la fuerza que nos da la furia, dejamos de comer, «no podemos» o bebemos hasta ya no poder más. Fumando y metiéndonos de «todo» con tal de pasar por el dolor anestesiados e incluso en ocasiones, llegamos a plantearnos regresar al hogar… hay muchas maneras e infinidad de formas

No descubro nada, sino expongo una verdad que casi todos hemos experimentado,

-¿quién no ha perdido los papeles alguna vez?-

-¿quién no ha tenido esos dos segundos de locura?-

-¿quién no ha tenido una visión sesgada?-

– ¿quién no ha tenido miedo a perder la razón y sentirse equivocado?-… etcétera.

Desde la acción más nimia, hasta la más asombrosa, el caso es que nos ha sorprendido hasta a nosotros mismos.

Nuestras reacciones en ocasiones han sido desproporcionadas evidenciando un intenso y profundo desajuste al experimentar la frustración, la impotencia, la rabia… estuvieron fuera de lugar (Ver: La Lucha).

No hagamos apología de esto, ni lo defendamos y muchos menos lo justifiquemos, pues hay acciones que han generado un terrible daño. Lo que trato es de hacer consciente que esto también es verdad y por supuesto que tenemos el derecho a decir NO, a elegir no vivirlo más, terminar y acabar finalizando la experiencia.

Somos dueños de nosotros mismos y nuestra es la vida.

No somos malas personas por eso, ni personas insensibles, ni frías, ni frívolas, ni rígidas o inflexibles… simplemente llegó el momento de concluir y no continuar viviéndolo

No nos juzguemos vehemente los unos a los otros de forma irreflexiva y apasionada, dejándonos llevar por los sentimientos o los impulsos.

Tenemos ese derecho y seguimos siendo los mismos…

Cada uno de nosotros sabe que de verdad lo ha intentado y lo intenta una y otra vez, somos los más interesados en ordenarlo, pero a veces tenemos que aceptar que el pozo que hemos creado se quedo sin agua, no porque sea un mal pozo, sino que simplemente teníamos que vivirlo y ésa era nuestra enseñanza.

Tenemos derecho a seguir haciendo pozos, a no sentirnos frustrados, errados y equivocados por dejar de intentar y expirar “sacar agua del pozo”, ¡hagámoslo con amor!…

Toda experiencia que vivimos tiene un significado para el encuentro con nosotros, eso significa que debemos ORDENARLAS (Leer: Qué difícil es ordenar) y elegir qué nos define y qué no y, obrar en consecuencia.

Seamos honestos con nosotros mismos .

#Gotitasdeagua888

 

CLÁSICOS
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CLÁSICOS

A veces, en mi observación, percibo que en ocasiones hemos entendido que hacer lo contrario a lo clásico es el camino.

Lo que nos diferencia, es esa parte bohemia que hay en nuestro aparente egocentrismo, esa parte individualista que pensamos que nos distingue ante los demás, que somos originales y quizás únicos, simplemente por no llevar una vida «clásica».

A lo largo de mi experiencia, he comprobado que muchos de nosotros no sólo no éramos originales (Ver: Desnudarnos), sino todo lo contrario, muy influenciables y moldeables, pero creíamos que sí, porque no repetíamos las mismas acciones clásicas, éramos guay, alucinantes, fantásticos.

No éramos conscientes que estábamos dominados por el sistema, además con autoridad y peso, porque nos ofrecía lo distinto a lo clásico, para ser sólo la reacción y no la acción de ser coherentes con nosotros mismos, pensando que sí, y así depender siempre del sistema mismo que nos predicó.

A cuantos amigos y compañeros vi fumar, beber, transgredirse desde muy temprana edad pensando que así ya eran adultos y que eso los hacía diferentes.

-¿Acaso eso era ser distinto?-

Lo hacíamos casi todos, … Y así con todo,-con el compromiso, la lealtad, el honor, el respeto.

Nos solía mover una sola cosa y era destacar ante los demás sin SER CONSCIENTES. Lo importante era no ser igual al resto «clásicos», para conseguir ser centro de atención, de esa quizás falacia y engañosa distinción.

Cuando se vive en armonía queremos dejar de ser algo que no somos y no estar constantemente pendientes de esa vida poco convencional, poco organizada y extravagante que parece libre, llamada bohemia, para vivir el orden (leer también: Vivirnos), eligiendo y ocupándonos de ese nuestro compromiso adquirido libremente.

Somos muchos los que en este bagaje hemos claudicado ante la verdad, para dejar ese cansancio que en ocasiones es agónico, que nos supone el pasotismo, dejadez y la indiferencia que usamos para no ser clásicos, muchas de las veces esa desgana o desinterés es desconocido por nosotros.

Yosoy clásico, no por hacer lo que los demás hacen, sino por comprometerme desde mi libertad a crecer con los demás, siendo parte del colectivo que con ellos formo.

Yosoy clásico, por adquirir la responsabilidad de ser y hacer desde esa mi libertad, sin estar pendiente de ser rebelde, ni estar en contra, simplemente ser yo y coherente con mi elección.

Yosoy clásico, por vivir ordenando esas vivencias y no estar buscando darle un sentido excéntrico que me aparte de lo que es común en mí.

Yosoy clásico, por no estar pendiente de vestirme, hablar o comportarme de una manera extraña o poco común, para sentirme distinto.

Cuando expreso esto, lo que trato de manifestar es que cuando estamos pendientes de hacer para ser distintos, estamos en la reacción y necesitamos de una guía para poder hacer lo contrario, por tanto debemos de ser conscientes que somos sólo eso, seres pendientes de ser poco comunes, raros y extraños…

-¿Eso es SER NOSOTROS?-

Quizás llevamos mucho tiempo buscando cómo ser diferentes y distintos, haciendo todo eso que creíamos para ello y no nos hemos dado cuenta de que ya somos originales y auténticos.

…Nosotros ya somos inéditos.

#Gotitasdeagua888

ALIGERAR EL EQUIPAJE
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ALIGERAR EL EQUIPAJE

Aligerar el Equipaje


Aligerar el equipaje, así es…

—¿Quién de nosotros, si pudiera hacerlo, no negociaría aligerar el equipaje emocional que nos atormenta?—

Lo cierto es que nos gustaría; sin embargo, aun pudiendo hacerlo, a veces es muy difícil.

Somos el programador y el programa.

Esa gran dicotomía la hemos de ajustar y conciliar, y eso lleva su tiempo. Su reprogramación, de vez en cuando, se consigue, y otras se intenta.

Desde mi observación, siento que comenzamos a estar preparados para atendernos, escucharnos y, si fuera necesario, repararnos.

Empezamos a ser conscientes de que lo que hemos hecho hasta ahora para vivir nuestra vida, en ocasiones, no nos define a nosotros mismos, sino que define los principios ideológicos y morales por los que se guía esta sociedad.


Estamos hartos de luchar, de pelear como jabatos, para no sentirnos cuestionados y culpables.

Nuestra prioridad suele ser atender el miedo antes que a nosotros, el miedo que nos produce no ser validados y lo importantísimo que es tener la aprobación.

Es muy complicado, a veces, “vaciar el equipaje emocional”, porque son sentimientos intensos que tambalean nuestros cimientos, esa aparente verdad que pisamos, que establece, que precisa quiénes somos y eso nos hace sufrir, cada vez que no conseguimos el objetivo anhelado de ser estimados, considerados y respetados.

Es enrevesado querer y no poder, intentarlo y no conseguirlo, esforzarse y no lograrlo… Salir de ese bucle incesante de pensamientos desesperados e incluso, a veces, penosos.

Nos sentimos atrapados, porque la línea que diferencia la aceptación del proceso y la del respeto a uno mismo, es muy delgada, es muy fina…


—¿Somos comprensivos, compasivos y humanitarios o intolerantes, crueles e inhumanos?—

Cuando llegamos a la vida de alguien o llega alguien a la vida nuestra, con un pasado vivido, y puede ser que ese pasado, desde nuestra visión, sea antagónico a como percibimos nuestros valores, los principios morales por los que se rige nuestra vida.

Ese ser no llega de manera casual y nosotros no elegimos de quiénes nos enamoramos; llega porque algo nos tenemos que aportar… Mientras nos vamos conociendo, empezamos a abrirnos y a desvestirnos de esa nuestra verdad, y al ir despojándonos de todo ese sumario, a veces empezamos a sentir lo opuesto, lo incompatible, lo inadecuado, e incluso en ocasiones, lo irreconciliable.

Normalmente, cuando eso es así, casi todos los pensamientos van dirigidos a la exclusión, a la ruptura, son cíclicos e intensos, y además, deambulan constantemente.

En todo ese viaje fascinante de desarrollo nos sentimos tontos, estúpidos, bobos, como que estamos renunciando a nosotros mismos y puede ser que esto sea así, por tanto, nos cuesta mucho rendirnos ante ese enjuiciamiento de validez por nuestra forma de visualizar el mundo, la manera de cómo hay que vivir, pero…


—¿Y si no es así?— —¿Y si lo que estamos experimentando es la capacidad de amarnos a nosotros mismos, por amar al prójimo en su proceso de encuentro?—

Cuando elegimos conscientemente, no renunciamos, sino que elegimos qué queremos vivir; ese es el foco desde donde proyectamos, el epicentro donde elegimos, no hay división con el corazón.

En el mundo de lo relativo en el que vivimos, todo es complejo y a la vez sencillo, todo es válido; lo que nos distingue es la sabiduría con la que nuestra consciencia elige y decide las acciones que acomete.

Si las acciones nos reafirman y nos hacen sentir realizados, tenemos el centro de nuestra energía en la elección, en la decisión; si no es de esta manera, entonces el centro de nuestra energía lo tenemos en la renuncia a ser nosotros mismos… y probablemente eso nos haga querer abandonar, dimitir, desistir.


Es tarea ardua, porque no sabemos si estamos acertados en nuestra elección, o si estamos dejándonos llevar por no saber dar orden al sentimiento. El caso es que ese pleito, esa causa en nuestro interior campa a sus anchas, sin previo aviso, ni contemplación, ni compasión, a cualquier hora, haciendo daño, mucho daño.

Son de esos momentos en los que se nos pone un nudo en el estómago, aparece la ansiedad y el nerviosismo, la intranquilidad es parte del día, porque el equipaje está lleno. Además estamos debilitados por el intenso esfuerzo de cerrar la maleta del desasosiego que lleva el equipaje del boicot y la impaciencia, incluso a veces, también lleva el intenso chantaje emocional que en ocasiones nos puede engañar, traicionar y someter.

Por eso tenemos el afán y el empeño de cerrarla bien, para que no nos dañe más.

< Nos sentimos impotentes, vacíos e incluso acabados y destrozados >


Son momentos muy difíciles, y aligerarla para descansar se complica; el tiempo ayuda, pero solo hasta un punto, el permitirnos transitarlo también, sin embargo, ese camino se hace solo, es difícil compartirlo.

Aun no solemos estar preparados para hacerlo juntos; el miedo a la desnudez es profundo y penetrante, exponernos ante el discernimiento y el entendimiento de las partes es potente, y se requiere gran madurez y templanza, nuestros sentimientos están a flor de piel y el miedo a perder —en sus cotas más altas—.


Debemos esperar hasta que nos llegue cuál es nuestra elección, si la de continuar aun con esas verdades vividas, o no; eso es personal y solo nosotros lo podremos saber.

No por eso se inicia el “aligeramiento del equipaje”, no obstante, eso es un grandísimo avance, que nos permite ir abriéndonos a definirnos si así fuera, en la complicidad de SER una unidad formada por dos seres que transitan el desvestimiento natural del proceso, del miedo que nos produce nuestros propios límites.


Tener el control, para ser aprobados o no sufrir tanto, quizás es —esa apuesta, esa jugada, ese envite—, a lo que llamamos perdón, o quizás estamos descubriendo que nuestro perdón es lo que está más allá del mismo perdón.

Desafiar el mismo miedo, transitando el miedo que nos puede y paraliza, cuando por fin nos llega esa llamada, la señal, el grito interno que con brío y arrojo, valentía y gallardía, pensamos de manera directa, sin poner cortapisa, ni restricción, liberándonos a observar y saber lo que un día hicieron, tal y como fue.

Esas páginas escritas de su diario de vida, algo que nosotros no hubiéramos hecho y que tampoco hubiéramos permitido, ni siquiera imaginado hacer… y con decisión, le decimos a los pensamientos de dolor: stop, para ya… que tenemos derecho a elegir, aun con este miedo, a entregarnos con autenticidad y legitimidad, sabiendo que el otro nos muestra la oportunidad de experimentar la confianza en nosotros mismos, en nuestra preferencia.


La FE de caminar con el otro ser que vino a vivir su vida, a encontrarse y elegir libremente cómo, con quién o quiénes y de qué manera, mientras la vive…

—Porque el AMOR es libertad—

Nadie es nuestro embajador, nadie nos representa ante los demás, tampoco es nuestro emisario.

Cada uno nos definimos a nosotros mismos, constantemente en cada acción. Cada uno elegimos quién queremos ser ante lo que tenemos que vivir y solo así podremos encontrarnos en nuestro propósito de vida.

—SER UNO con nosotros mismos—

Tal vez debemos perder el miedo a elegir lo que queremos, aun nos «equivoquemos», sabiendo que pase lo que pase, nunca perderemos, porque habremos ganado la grandiosa experiencia de habernos permitido entregarnos a amar.

Más allá del miedo a hacernos daño por poner nuestro corazón al descubierto,…

—Confiando y sintiendo FE en el proceso, que nos lleva a nosotros mismos—

Lo que sí sabemos es que todos hemos tenido que vivir para darnos cuenta de que hace falta vivir para recordar quiénes somos.

Excluir o excluirte es lícito y loable, añadir, complementar, suplementar, adjuntar… es lúcido, y tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran en nuestro proceso de encuentro es…

—AMOR al prójimo—


Porque nuestro AMOR propio así lo ORDENA.


Seamos desenvueltos, atrevidos y osados; llegó el momento de echarnos a volar, aligerando el equipaje que nos limita y nos impide surcar los aires que ansía planear nuestro corazón.


#Gotitasdeagua888

EMBAJADORES
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EMBAJADORES


Tardé en comprender que nadie nos representa y mucho menos que son…

«Embajadores de nosotros mismos».

¡Cada uno es como es y vino a vivir su vida!


Para mí fue un intenso aprendizaje, sobre todo con aquellas personas con las que compartía lazos estrechos; era una exigencia oculta, una pretensión inconsciente que no había observado.

A veces es difícil saber dónde están las líneas de la honra y la lealtad a nosotros mismos, a nuestras convicciones de cómo percibimos la vida. Todas las personas hemos tenido que vivir y vivimos nuestras experiencias para ir encontrándonos e ir descubriendo o más bien…


¡Recordando quiénes somos!


Y en ese camino, en ocasiones hemos hecho cosas que distan muchísimo de nuestra esencia, de nuestra verdad.

No nos culpo, nos enseñaron a sobrevivir en este sistema social de falsa apariencia, donde es más importante la fachada que el interior; la estimación es aparentar, tener, conseguir…


Por ello, en ocasiones nos transgredimos y aún lo hacemos para encajar, incluso nos desobedecimos y nos desobedecemos hasta quebrantarnos, infringimos nuestra ética hasta violarnos. Lo de menos era y es nuestra verdad; lo importante era o es conseguir o, si no, fingir, simular lo que queríamos o queremos ser.

¡Es «triste», eso es cierto!

Pero esa es la verdad que yo he observado y aún en ocasiones observo, y me pregunto…


¿Es lo que queríamos o queremos ser nosotros o lo que la sociedad quería o quiere que seamos?

Aún muchos de nosotros seguimos con el entendimiento de que ser feliz es conseguir y tener, haciendo todo lo posible para ello. Cualquier cosa es válida, incluso por encima del respeto a nosotros mismos, a nuestro honor, con tal de llegar a la anhelada meta, al propósito marcado, alejándonos de la felicidad


Que es:

SER nosotros mismos,

SER auténticos,

SER verdaderos,

SER fidedignos,

SER GENUINOS, …


Sé que es complicado e intrincado compartir la vida en ocasiones. Es un camino arduo, sobre todo cuando tenemos la firme convicción de querer Ser Nosotros.

Sentimos en ocasiones que «elegir el perdón» al proceso de los otros es dejar de ser nosotros, de ser coherentes con quien somos, y entramos en una auténtica revoltura que no es sencilla de ordenar.

Ser coherente con nosotros también es saber que todo es proceso y que todos estamos en proceso.


Se requiere madurez emocional y templanza, para ir poco a poco armonizando nuestros estados emocionales tal y como hemos elegido, según nuestro propósito de vida en esta experiencia.


Eso implica que en esta reprogramación de nosotros mismos, a veces disentir, discrepar o no estar de acuerdo están a la orden del día. A veces incluso de manera tan acentuada que por momentos puede llegar a contaminar las relaciones o la convivencia e incluso, ocasionar la separación.

Pero, ¿cómo hacer eso que no sabemos hacer, si nadie nos enseñó?


–VIVIENDO–


Se requiere AMOR y respeto al proceso, al desarrollo, a la acción que nos permite en un período determinado poder definirnos. Nosotros somos amor, volvamos a «renacer» siendo aquellos niños con la experiencia del adulto que supimos y, sabemos AMARNOS Y AMAR.

Toca el gran cambio, volvamos al humano que late en nuestro corazón, él sabe,

…-cómo hacerlo-. 💦


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AMOR ES ORDEN
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AMOR ES ORDEN

¡Hola! Aquí tienes el texto sin el código HTML, listo para usar:


Es muy difícil ordenarnos si solo atendemos a lo que sentimos, sin tener el discernimiento de si eso que sentimos define el amor que somos, si esa experiencia que vivimos lo manifiesta, lo refleja y nos da el equilibrio y la armonía necesaria, que nos hace sentir realizados…


Quizás estamos equivocados y solamente por el hecho de sentir ya lo llamamos amor.


A veces, al compartir esos sentimientos intensos, vivimos una fatalidad inaguantable e insoportable que nos produce una gran destrucción y una grave e insufrible alteración en el desarrollo natural de las cosas… y aun experimentando eso, «lo seguimos llamando amor»… A lo mejor estamos sugestionados por nuestras propias creencias que nos dicen que con solo el hecho de sentir, ya eso es amor, da igual si tiene orden o desorden…


—¿El amor es solamente lo que sentimos?, o…

—¿Es el ORDEN de lo que sentimos?

Por supuesto que es obvio que tenemos que sentir, a ninguno se nos escapa ese importante detalle que define el amor, pero si ese sentimiento nos maltrata, nos veja, nos humilla, nos condena…

—¿Es eso amor?

Vivimos convencidos de que el amor es lo que sentimos mientras lo experimentamos intensamente, y si…

—¿El amor se siente, pero no solo ese sentir es lo que es amor?

Es evidente que el amor nos hace sentir, pero el hecho de solo sentirlo no significa que eso sea amor, y ejemplos hay muchos.

¿Cuántas veces nos hemos enamorado de personas que, por su forma de percibir la vida, transgreden el acuerdo o el pacto establecido libremente por ellos mismos y actúan de manera contraria, mienten, quebrantan, infringen, violan, vulneran?


¡El amor no es solamente lo que se siente, sino el ORDEN de eso que sentimos!


En muchas ocasiones sentimos intensamente y ya por ello lo llamamos amor, aun faltándonos el respeto, al honor y a nuestra dignidad, al amor propio para con nosotros mismos.

Cuando nos enamoramos todo es una magnífica proyección de lo hermoso que esa intensidad sentimental nos hace sentir y ese sentimiento tiene el alimento suficiente para ir encontrándonos, creando y posibilitando la alquimia que lo materializa.

Pero ese sentimiento no permanece de esa manera, sino que se transforma…

—¿Qué pasa cuando es así, cuando ya no tenemos esa fuerza del enamoramiento?

Debemos mirar en nuestro interior si así lo consideramos y tener una conversación profunda y sincera con nosotros mismos.

—¿Estamos experimentando el amor o solo el amor al prójimo y el amor propio está resentido y débil?, o… al revés.

—¿Tenemos un exceso de egocentrismo, de amor propio y el amor al prójimo solo es una persona vasallo enganchado a nosotros por un sentimiento intenso?…


AMAR es el equilibrio del amor propio y del amor al prójimo, sabiendo que en ese camino experimentaremos la ausencia de amor, para poder experimentar amor. ♥


Lo que crea el encuentro con nosotros mismos es nuestra verdad, y te corresponde a ti la tuya, es tu vida. 💦


#Gotitasdeagua888

AMBOS-JUNTOS
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AMBOS-JUNTOS

Es cierto que hemos vivido y seguimos viviendo desigualdad entre los géneros; han sido muchos años de patriarcado, donde el matriarcado ha tenido que reivindicar y reivindica esa ausencia de igualdad de los derechos y de las obligaciones… En ocasiones, la lucha ha sido y es muy injusta, desigual, deleznable y mísera, llena de muchísimos despropósitos a propósito…


JUNTOS-AMBOS


El hecho de ser el macho de la especie, es decir, el hombre, ya era y aún es suficiente para acceder a beneficios exclusivos, logrando así diferenciarnos del otro género, incluso también entre él mismo, pues ser «macho» en ocasiones se es y era de una manera determinada, así le restábamos importancia al otro género y a los que no tenían cualidades de «macho»… excluyéndolos…

Nos sentíamos únicos, con el pensamiento de que no existe nada igual a nosotros, de ahí viene la exclusión de los demás, de la exclusividad que sentimos nosotros, esa del patriarcado… Nos otorgaban u otorgábamos el título solo por esa condición natural, ya éramos mejor o lo hacíamos mejor… y no siempre fue por nuestra habilidad o talento, sino por miccionar de pie…

Sé que a veces a la hembra de la especie, es decir, la mujer, no le quedó otra que tener que pelear y reivindicar esa pérdida de justicia e igualdad; han tenido y tienen aún que luchar, así es como sabemos y lo hemos aprendido, están inmersas en la disputa para tener las mismas oportunidades y los mismos derechos por el poder que no han tenido, de tener la capacidad o la facultad de hacer determinadas cosas y no ser excluidas por su género, por miccionar sentadas y querer poseer también ese poder, es suyo, para así ejercerlo…

Es lícito, y seguro que ha sido y es necesario el combate, es obvio que a día de hoy aún siguen habiendo diferencias que tenemos que arreglar y por supuesto la de ser equitativos, para recordar la ecuanimidad y obrar con imparcialidad y justicia, creando un mundo a imagen y semejanza de nuestra humanidad esa capacidad de sentir afecto, comprensión y solidaridad hacia las demás personas, donde la justicia sea el orden natural de las cosas, así:


¡Todos los humanos somos PERSONAS!…


La batalla sigue generando una grandísima controversia; aún nos defendemos de opiniones contrarias y además de manera reiterada, ambos géneros sentimos miedo, uno a no conquistar el poder y el otro a no perderlo. No sigamos esclavizándonos en la lucha agónica y extenuante por el ansiado poder y no caigamos en la tentación de las humillaciones, el sometimiento y la subordinación de aquellos o aquellas que no son como nosotros…

Seamos honrados y creemos con equidad, demos a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o sus condiciones, sin tener en cuenta ni favorecer el trato de un género perjudicando al otro.

A estas alturas ya somos conocedores, tenemos una verdad acumulada, experiencias, vida vivida y somos conscientes de lo que no funciona, de lo que excluye, de lo que diferencia, de lo que no es equitativo, de lo que crea injusticia, etcétera.


Ambos géneros lo hemos hecho de la mejor manera posible, era como creíamos que funcionaba, pero lo cierto es que favorecimos a que el género masculino dominara y sometiera al femenino… ¡No hagamos lo mismo ahora!, depende de nosotros.


En estos momentos hay una oportunidad, vivimos un cambio de paradigma y somos más conscientes de que las personas somos una unidad.

¡Recuperemos la fortaleza de la unión!

Que sí que nos da el poder, el PODER de ambos géneros, el complemento de ambas magias, la complicidad de SER UNO, si no, ambos perdemos, ambos somos derrotados, ambos nos hacemos daño y la «batalla» continúa… Si sometemos de la misma manera que lo hemos hecho, duplicaremos la historia, solo que al revés… Sé que no es la intención, aunque a veces en algunas acciones no lo corroboran, solo expreso lo que desde mi percepción puede ocurrir si no somos lúcidos y no actuamos con objetividad… Soy consciente de que queda menos, aunque desde mi apreciación aún nos queda para entendernos, comprendernos y respetarnos para después integrarlo y que no sea parte solo de una lucha reivindicativa sino del orden de la fortaleza que produce la unión de ambos géneros, esa que nos da el poder del todo lo que somos, porque vivimos la ARMONÍA de aportar esas nuestras distinciones, esas nuestras diferencias, esas nuestras riquezas…

Algún día usaremos toda la fortaleza que hay en nosotros, la que nos da el complementarnos ambos y así acceder:


“Al poder de SER la UNIDAD entre todas las personas, con todo nuestro poder de CREACIÓN que da la unicidad…”


#Gotitasdeagua888