Hasta que no se acaba no se debe empezar y eso es verdad.

A veces cuando estamos en plena tormenta emocional por una ruptura, queremos empezar algo nuevo lo antes posible sin haber acabado, sólo hay una necesidad y es la de olvidar lo antes que podamos o quizás la necesidad de mostrar al otro que somos más rápidos en continuar con nuestra vida o tal vez la necesidad de venganza y así creemos que desahogamos esa rabia interna, mostrándole,…

-¡mira lo que te perdiste!

-¡te lo dije!

-¡tú eras el problema! 

O también por seguir aumentando nuestra gran carencia de creer, que si estamos solos vivimos en soledad…

El caso es que preferimos embarcarnos en otro viaje sin saber el rumbo ni haber acabado el otro, sólo queremos estar ocupados como si fuéramos seres adictos en llevar la razón o el control de que nosotros sí somos válidos, que no estamos equivocados, somos los que llevamos la razón. (Leer también: «Te lo dije»

En ocasiones vienen los grandes atropellos, la humillación y la deshonra son pasto de alimento a nuestro honor e iniciamos una relación aún sabiendo en muchas ocasiones que no estamos bien, que no estamos centrados, que no hemos olvidado, que aún está en nuestro corazón, que la rabia sigue ahí aún con el paso del tiempo y también la

Es mejor «vendernos» de esa manera, muchas veces sin ser conscientes de esa venta y probablemente es nuestra manera cruel de castigarnos e iniciamos una vez más una relación con otra persona, que a priori es antagónica,..

-¡esta persona sí que me quiere, no como la otra!

En algún momento acaba esa mentira, esa falsa ilusión de nuestro egocentrismo, esa egolatría inconsciente de adoración hacia nosotros mismos, de manera desproporcionada.

 -¡El problema era sólo de la otra persona! y acabará la relación o acabamos con nosotros y morimos lentamente, para empezar a sobrevivir y no vivir!

Hemos mancillado nuestro honor, sin ser conscientes nos hemos puesto en «venta» por un valor insignificante por esa nuestra vulnerabilidad, la necesidad de ser aceptados por nosotros mismos y por los demás de que sí somos capaces de mantener una relación o bien por sentirnos que sí somos válidos para que el otro nos elija etcétera.

Todo necesita un tiempo natural y ese tiempo es nuestra propia naturaleza quien lo sabe.

 

El valor de nuestra dignidad nos corresponde a cada uno, lo que sí sé,… es que todos tenemos valor.

 

#Gotitasdeagua888

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